10 octubre 2005

China: desarrollo humano

Los números de un país no pueden reducirse a la macroeconomía, pero tampoco es completo el panorama que se traza desde las pinceladas más desoladoras. Probablemente el índice de desarrollo humano que desde 1990 viene elaborando el PNUD sea una de las herramientas más equilibradas para medir la situación de un país. En ese sentido, el organismo de Naciones Unidas indica que China ha registrado uno de los más rápidos avances en desarrollo humano desde que éste se mide en forma sistemática. Desde 1990 hasta 2005, su índice de desarrollo humano ha mejorado en un 20 por ciento, con enormes logros en reducción de la pobreza, lo que le ha valido ser calificado como "el mayor éxito mundial en términos de desarrollo de las últimas décadas".

Como en todos los rubros, también en esto los números de China tienen una escala difícil de imaginar. Liu Jian, director de la Oficina del Consejo de Estado para la Ayuda a las Zonas Pobres, señaló que desde el inicio de la reforma y apertura económicas del país, la población pobre de China se ha reducido de 250 millones de habitantes a poco más de 26 millones, lo que representa el 70% de la reducción de la población pobre del mundo en el mismo período. El mismo artículo del diario El Pueblo en que se cita a Liu Jian, se recuerda que en cada uno de los primeros cuatro años del presente plan quinquenal, disminuyó el número de pobres en un millón y medio de personas. Seis millones de pobres menos en un momento en que la pobreza global del mundo aumentó en trescientos millones de personas.

Estos éxitos no van de la mano de la equidad, ya que el ritmo de crecimiento de la riqueza del diez por ciento más acomodado supera el ritmo de reducción de la pobreza. E incluso cuando las cifras de pobreza bajan, esconden realidades humanas como el cuadro del que fue testigo Ríos en las cercanías de Shanghai, donde observó “a numerosos jóvenes trabajadores procedentes del campo, jugando al billar o gozando de la música o de los vídeos de Hong Kong. Son mozos que soportan jornadas de 12 a 14 horas diarias, siete de cada siete días. Viven en el entorno de la fábrica, no pueden salir durante la semana, y solo pueden disfrutar del domingo por la tarde de tiempo libre, organizado en forma de ocio por la propia empresa. Y no protestan, ni se sienten maltratados ni tienen, muchos de ellos, el sentimiento o la percepción de estar explotados. Es más, se consideran a sí mismos unos privilegiados por haber abandonado el ingrato trabajo de la tierra, en las zonas más remotas del país, donde sus familias apenas consiguen sobrevivir”.

==Sexta parte de doce

* 1- Las contradicciones de una potencia emergente
* 2- Riqueza y desigualdad
* 3- Wangfujing
* 4- Pobreza rural
* 5- Horizonte 2010
* 7- Una sociedad armoniosa
* 8- Protestas campesinas
* 9- De Mao a Beckham
* 10- Souvenir Rouge
* 11- Xidan
* 12- En el lugar de los hechos

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en octubre de 2005)

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