10 septiembre 2005

Los números de la guerra

La economía y la guerra han estado siempre ligadas. Es posible que la lucha por el control de recursos naturales sea el más verosímil de los paradigmas actuales que intentan explicar la persistencia de los conflictos. Pero más allá de esta relación, y dejando de lado incluso el evidente perfil de la industria militar como factor económico, los expertos que participaron del informe del PNUD sistematizaron el modo en que esos términos que habitualmente forman parte del vocabulario de los economistas pueden aplicarse a las sociedades que viven una guerra. El crecimiento, por ejemplo, es uno de los factores más afectados.

Según el Banco Mundial, un conflicto que se extienda por siete años implicará que el país involucrado pierda, anualmente, un promedio de 2,67 puntos porcentuales de crecimiento. Colombia dejó de crecer dos puntos cada año desde 1992, asegura otro estudio. O para ponerle precio, si eso fuera realmente posible, estar en guerra no le cuesta a un país en desarrollo menos de 54 mil millones de dólares. A esto se le suman las fugas de capitales (cercanas al 20 por ciento cuando hay riesgo potencial de conflicto) y las evidentes pérdidas en infraestructura. Estas cifras, que parece abstractas, adquieren un rostros y reflejan una sumatoria de dramas individuales cuando el informe constata, por ejemplo, que en el sur de Sudán el 40 por ciento de las familias perdieron todo su ganado en las dos décadas de guerra civil. Pérdidas que no son sólo económicas. En Sierra Leona, durante los enfrentamientos civiles, la mitad de las mujeres sufrieron algún tipo de violencia sexual.

==Tercera parte de cuatro

* 1- Tres faltas que llevan al infierno
* 2- El peor conflicto
* 4- ¿Por qué ahí?

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en setiembre de 2005)

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