10 octubre 2005

China: de Mao a Beckham

La valoración oficial sobre el líder histórico de la República Popular de China, Mao Zedong, dice que su gestión tuvo un 70 por ciento de aciertos y un 30 por ciento de errores. Una mirada superficial sobre Beijing parece indicar que la forma en que la ciudad guarda su memoria es un 70 por ciento de reverencia y un 30 por ciento de comercialización. El mejor ejemplo de solemnidad está en el mausoleo donde se encuentra su cuerpo embalsamado. Ingresar es una tarea casi imposible.

Desde primeras horas de la mañana una fila compacta de medio kilómetro espera turno para pasar sus dos minutos junto al antiguo líder. Todos son turistas, pero es muy difícil encontrar un extranjero. Los grupos de chinos que llegan de provincia a visitar la capital siguen a sus guías quienes, como es usual, levantan un paraguas o un banderín para conducir a sus huestes, que no suelen bajar del medio centenar, todos usando gorras del mismo color para lograr identificarse: De ese modo, en caso de que alguien se pierda, no debería ser difícil ubicar a la distancia a la escama despistada de ese dragón de varios cuerpos que serpentea en la inmensa explanada de Tian An Men. Pero son tantos los grupos que pronto el color de las gorras comienza a repetirse. No usan sus cámaras fotográficas con desesperación. Tampoco parecen abrumados por la inmensidad de esos espacios públicos.

Luego del ritual del mausoleo atravesarán la plaza, la más grande del mundo, cruzarán la avenida principal de Beijing y franquearán la primera de las entradas a la Ciudad Prohibida. Una vez más es Mao Zedong –en este caso su retrato– quien les recibe. Los que luego del ritual del mausoleo elijan un recorrido turístico más acorde a la búsqueda de la mística revolucionaria, podrán encaminar sus pasos al casi desierto Museo de Historia. En reparaciones de cara a los Juegos Olímpicos de 2008, su planta baja ofrece apenas algunos artefactos menores que no le hacen justicia a la rica y larga historia del país, pero la decepción se compensa en parte con una interesante muestra sobre los 600 años de la navegación de Zhenghe.

Escaleras arriba, sin embargo, está una de las sorpresas que la ciudad reserva para quien busque su pasado maoista. Luego de ver réplicas algo siniestras de algunos emperadores y de figuras que representan la diversidad étnica del país, el visitante se encuentra de frente con un podio en el que un sonriente Mao de cera, estudiadamente despeinado, mira con satisfacción el venturoso porvenir dorado de su pueblo. Algunos metros más allá, en la zona central de la exhibición, Lenin señala el futuro junto a un pensativo binomio que representa a los inseparables Marx y Engels. Detrás de esta tríada, y tras pasar por un grupo poco inspirador que muestra una decena de condecorados generales, la nueva China homenajea a las nuevas estrellas. Es el espacio en el que basquetbolistas, atletas, el director de cine Zhang Yimou, y el actor Jackie Chan, se mezclan con Albert Einstein, Marilyn Monroe y el futbolista inglés David Beckham.

==Novena parte de doce

* 1- Las contradicciones de una potencia emergente
* 2- Riqueza y desigualdad
* 3- Wangfujing
* 4- Pobreza rural
* 5- Horizonte 2010
* 6- Desarrollo humano
* 7- Una sociedad armoniosa
* 8- Protestas campesinas
* 10- Souvenir Rouge
* 11- Xidan
* 12- En el lugar de los hechos

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en octubre de 2005)

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