Tres faltas que llevan al infierno
La falta de seguridad, la falta de capacidad y la falta de legitimidad, son los tres pecados que llevan al infierno a varios Estados frágiles en los que la guerra, a veces prolongada por décadas, reduce sensiblemente las posibilidades de salir de la pobreza. Uno de los capítulos del Informe de Desarrollo Humano 2005, presentado el miércoles en Nueva York, analiza el costo social de los conflictos armados.
No es una carrera contra nadie más que contra sí mismo, por lo que muchos gobiernos y sectores opositores hacen jugar en las arenas políticas nacionales el ascenso o descenso de un país en el índice de desarrollo humano que, cada año desde 1990, encarga el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a un equipo independiente de expertos. Más allá de las situaciones previsibles, como el primer lugar en manos de un país nórdico, Noruega, y el último en manos de un país africano, Níger, el Informe de Desarrollo Humano es un instrumento de análisis y sistematización que ayuda a contextualizar las regularidades de la agenda informativa.
Aunque el Informe también se detiene en los progresos, como el caso de Vietnam, que en una década redujo la pobreza a la mitad y bajó en diez puntos la tasa de mortalidad infantil, las cifras negativas son las que golpean con más fuerza. Uno de los datos más impactantes que contiene el reporte de este año es la que indica que cada tres segundos muere un niño a consecuencia de la pobreza. “No existe indicador más poderoso —o preocupante— de la privación de capacidades que la mortalidad infantil y, sin embargo, cada año mueren más de 10 millones de niños antes de cumplir cinco años”, se lee en el primer capítulo.
Como es fácil suponer, esa masacre silenciosa no es ajena a las desigualdades entre zonas del mundo. El África Subsahariana no sólo es la porción del mapa en la que se registran mayores índices de mortalidad infantil, sino que es el lugar en el que ese indicador aumenta con mayor rapidez. Allí nacen el 20 por ciento de los habitantes del planeta, pero allí mueren el 44 por ciento de los niños víctimas de la mortalidad infantil. Una realidad que se produce a pesar de que el estado de desarrollo científico permite decir al PNUD que “hoy en día es posible prevenir prácticamente todas las muertes en la infancia”.
==Primera parte de cuatro
* 2- El peor conflicto
* 3- Números
* 4- ¿Por qué ahí?
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en setiembre de 2005)
No es una carrera contra nadie más que contra sí mismo, por lo que muchos gobiernos y sectores opositores hacen jugar en las arenas políticas nacionales el ascenso o descenso de un país en el índice de desarrollo humano que, cada año desde 1990, encarga el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a un equipo independiente de expertos. Más allá de las situaciones previsibles, como el primer lugar en manos de un país nórdico, Noruega, y el último en manos de un país africano, Níger, el Informe de Desarrollo Humano es un instrumento de análisis y sistematización que ayuda a contextualizar las regularidades de la agenda informativa.
Aunque el Informe también se detiene en los progresos, como el caso de Vietnam, que en una década redujo la pobreza a la mitad y bajó en diez puntos la tasa de mortalidad infantil, las cifras negativas son las que golpean con más fuerza. Uno de los datos más impactantes que contiene el reporte de este año es la que indica que cada tres segundos muere un niño a consecuencia de la pobreza. “No existe indicador más poderoso —o preocupante— de la privación de capacidades que la mortalidad infantil y, sin embargo, cada año mueren más de 10 millones de niños antes de cumplir cinco años”, se lee en el primer capítulo.
Como es fácil suponer, esa masacre silenciosa no es ajena a las desigualdades entre zonas del mundo. El África Subsahariana no sólo es la porción del mapa en la que se registran mayores índices de mortalidad infantil, sino que es el lugar en el que ese indicador aumenta con mayor rapidez. Allí nacen el 20 por ciento de los habitantes del planeta, pero allí mueren el 44 por ciento de los niños víctimas de la mortalidad infantil. Una realidad que se produce a pesar de que el estado de desarrollo científico permite decir al PNUD que “hoy en día es posible prevenir prácticamente todas las muertes en la infancia”.
==Primera parte de cuatro
* 2- El peor conflicto
* 3- Números
* 4- ¿Por qué ahí?
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en setiembre de 2005)
Etiquetas: Conflictos, Nigeria, Noruega, Vietnam
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