Los albaneses en pocas palabras
Los albaneses no sólo viven en la actual República de Albania, sino que también son albaneses el noventa por ciento de los habitantes de Kosovo (formalmente perteneciente a Serbia) y de algunas aldeas del occidente de Macedonia (en el área de influencia de la ciudad de Tetovo); en buena parte del resto de Macedonia y en el sur de Serbia son más del veinte por ciento de la población; en tanto que en el noreste de Grecia existe lo que los geógrafos definen como "presencia albanesa difusa". En total hay más de seis millones de albaneses viviendo en los Balcanes: tres millones y medio en Albania, casi dos millones en Kosovo, seiscientos mil en Macedonia y sesenta mil en Montenegro.
No son, sin embargo, un grupo humano fácil de uniformizar. Presentan diferencias, por ejemplo, en su religión y en su lengua. Muchos habitantes de Albania son ateos mientras que los de Kosovo y de Macedonia son musulmanes; a la vez hay un sector de albaneses católicos (el ejemplo más célebre fue la Madre Teresa de Calcuta) que viven fundamentalmente en Montenegro. Los albaneses del norte y los albanokosovares son del subgrupo geg, diferente de los tosks que habitan el sur de Albania, de quienes los separan sus dialectos diferentes y una desconfianza ancestral. Los tosks consideran a los albanokosovares como materialistas, cínicos y fríos, en tanto que los habitantes de Kosovo ven a sus primos del sur como campesinos primitivos. No sólo es prejuicio; los albanokosovares vivieron durante cuarenta años en la Yugoslavia de Tito, seguramente la más abierta y probablemente una de las más ricas de las piezas del Este de Europa, en tanto que los albaneses de Albania -tanto tosks como gegs- debieron soportar el encierro del régimen de Enver Hoxha. Como resultado, luego de terminada la Guerra Fría, y una vez desmantelada la Cortina de Hierro, los albanokosovares tenían un ingreso per cápita tres veces superior que el de los albaneses de Albania.
Estas diferencias se hicieron evidentes a mediados de 1999, cuando los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia combinados con las presiones de las fuerzas armadas serbias originaron oleadas de refugiados albanokosovares hacia territorio albanés y macedonio. En Albania recibieron a sus connacionales cobrándoles precios exhorbitantes por sus necesidad básicas y luego, cuando Naciones Unidas se hizo cargo de la administración de Kosovo, desde Albania se 'exportaron' bandas organizadas de criminales comunes. El analista en temas balcánicos Sam Varkin escribió: "Ningún macedonio eslavo me habló tan mal de los albaneses de Albania como lo hicieron mis contactos albanokosovares". Problemas de familia.
El clan es uno de los elementos centrales de la identidad albanesa y tal vez ayude a explicar parte de sus peculiaridades dentro del ajedrez balcánico. Los antropólogos han identificado reglas estables que rigen estas sociedades tradicionales. El individuo se inscribe primero en el fis, un grupo familiar extendido que a la vez se reagrupa en la pleme, o tribu. Son sociedades guerreras, patriarcales, rigurosamente exogámicas (siempre se debe tomar mujer en una tribu separada de la propia) "y funcionan en torno a los valores centrales del honor y la palabra dada", la besa, que cuando se rompen motivan venganzas de sangre en ese "ciclo infernal de la vendetta", que los albaneses llaman gjakmarrja. En el siglo XVI un sacerdote católico sistematizó por escrito estas tradiciones en el Kanun de Lek Dukagjin (imagen).
El Kanun permanece en vigor en el norte de Albania y en Kosovo, mientras que en el sur de Albania las relaciones interpersonales son menos rigurosas. Aún hoy el Kanun determina ampliamente la vida de los albaneses de las regiones rurales de Kosovo, al punto que a principios de los noventa el intelectual católico Anton Ceta impulsó una campaña generalizada de perdones de los problemas interclánicos para unir a los albanokosovares frente a la represión serbia. En las antípodas de Ceta están las mafias que en el norte de Albania se aprovechan del Kanun para impulsar verdaderos baños de sangre entre los campesinos y utilizarlos en su provecho, a pesar de que la letra de ese código más que favorecer la vendetta intentaba reglamentarla y, en cierta medida, suavizarla.
==Tercera parte de cuatro
* 1- La pasión compartida (I)
* 2- La pasión compartida (II)
* 4- Breve aproximación a Kadaré
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en julio de 2001, y elaborado en base a los escritos de Jean-Arnault Dérens y Catherine Samary en Le Monde Diplomatique, de Sam Varkin en Central Europe Review, y a entrevistas mantenidas por el autor de esta nota con ciudadanos albaneses y albanokosovares)
No son, sin embargo, un grupo humano fácil de uniformizar. Presentan diferencias, por ejemplo, en su religión y en su lengua. Muchos habitantes de Albania son ateos mientras que los de Kosovo y de Macedonia son musulmanes; a la vez hay un sector de albaneses católicos (el ejemplo más célebre fue la Madre Teresa de Calcuta) que viven fundamentalmente en Montenegro. Los albaneses del norte y los albanokosovares son del subgrupo geg, diferente de los tosks que habitan el sur de Albania, de quienes los separan sus dialectos diferentes y una desconfianza ancestral. Los tosks consideran a los albanokosovares como materialistas, cínicos y fríos, en tanto que los habitantes de Kosovo ven a sus primos del sur como campesinos primitivos. No sólo es prejuicio; los albanokosovares vivieron durante cuarenta años en la Yugoslavia de Tito, seguramente la más abierta y probablemente una de las más ricas de las piezas del Este de Europa, en tanto que los albaneses de Albania -tanto tosks como gegs- debieron soportar el encierro del régimen de Enver Hoxha. Como resultado, luego de terminada la Guerra Fría, y una vez desmantelada la Cortina de Hierro, los albanokosovares tenían un ingreso per cápita tres veces superior que el de los albaneses de Albania.
Estas diferencias se hicieron evidentes a mediados de 1999, cuando los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia combinados con las presiones de las fuerzas armadas serbias originaron oleadas de refugiados albanokosovares hacia territorio albanés y macedonio. En Albania recibieron a sus connacionales cobrándoles precios exhorbitantes por sus necesidad básicas y luego, cuando Naciones Unidas se hizo cargo de la administración de Kosovo, desde Albania se 'exportaron' bandas organizadas de criminales comunes. El analista en temas balcánicos Sam Varkin escribió: "Ningún macedonio eslavo me habló tan mal de los albaneses de Albania como lo hicieron mis contactos albanokosovares". Problemas de familia.
El clan es uno de los elementos centrales de la identidad albanesa y tal vez ayude a explicar parte de sus peculiaridades dentro del ajedrez balcánico. Los antropólogos han identificado reglas estables que rigen estas sociedades tradicionales. El individuo se inscribe primero en el fis, un grupo familiar extendido que a la vez se reagrupa en la pleme, o tribu. Son sociedades guerreras, patriarcales, rigurosamente exogámicas (siempre se debe tomar mujer en una tribu separada de la propia) "y funcionan en torno a los valores centrales del honor y la palabra dada", la besa, que cuando se rompen motivan venganzas de sangre en ese "ciclo infernal de la vendetta", que los albaneses llaman gjakmarrja. En el siglo XVI un sacerdote católico sistematizó por escrito estas tradiciones en el Kanun de Lek Dukagjin (imagen).
El Kanun permanece en vigor en el norte de Albania y en Kosovo, mientras que en el sur de Albania las relaciones interpersonales son menos rigurosas. Aún hoy el Kanun determina ampliamente la vida de los albaneses de las regiones rurales de Kosovo, al punto que a principios de los noventa el intelectual católico Anton Ceta impulsó una campaña generalizada de perdones de los problemas interclánicos para unir a los albanokosovares frente a la represión serbia. En las antípodas de Ceta están las mafias que en el norte de Albania se aprovechan del Kanun para impulsar verdaderos baños de sangre entre los campesinos y utilizarlos en su provecho, a pesar de que la letra de ese código más que favorecer la vendetta intentaba reglamentarla y, en cierta medida, suavizarla.
==Tercera parte de cuatro
* 1- La pasión compartida (I)
* 2- La pasión compartida (II)
* 4- Breve aproximación a Kadaré
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en julio de 2001, y elaborado en base a los escritos de Jean-Arnault Dérens y Catherine Samary en Le Monde Diplomatique, de Sam Varkin en Central Europe Review, y a entrevistas mantenidas por el autor de esta nota con ciudadanos albaneses y albanokosovares)
Etiquetas: Albania, Balcanes, Culturas, Kosovo 2000/2002, Macedonia, Serbia 2000/2001, Sociedades, Sociedades 2000/2002
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