13 julio 2001

La pasión compartida (II)


Segunda parte de la entrevista con Ramón Sánchez Lizarralde, traductor al español de la obra de Ismail Kadaré, autor albanés varias veces candidato al Nobel.

Usted ha llevado al castellano 19 novelas de Kadaré, ¿por qué no ha traducido ninguno de sus libros de poesía?
-Simplemente porque no había encontrado hasta ahora un editor dispuesto a asumirlo en condiciones de mínima dignidad. Aunque precisamente acabo de acordar con Acrono Ediciones, de México, la traducción de una amplia antología de la poesía de Kadaré, en la que estoy trabajando en este momento. Desde luego que se trata de dos mundos literarios distintos, que requieren actitudes, procedimientos y aptitudes distintas. En mi caso, después de haber traducido 19 novelas de Kadaré, constituía un antiguo reto enfrentarme en serio a su poesía. Ya antes había traducido poemas sueltos, y a decir verdad, mi grado de identificación con Kadaré, con su obra, era ya tal que ese reto se me antojaba como una lógica continuación de mi trabajo...
En cuanto a las diferencias entre una modalidad de traducción y otra (he traducido y publicado la obra poética de otros autores albaneses), yo remitiría a lo que decía antes, al conocimiento, por un lado, de las técnicas, procedimientos, herencias literarias, inspiraciones que ha puesto en juego el autor original, y de las correspondientes (decir esto, ya lo sé, es mucho decir) en la lengua a la que se va a traducir, todo lo cual exigirá mucha lectura y mucho estudio; pero además, por otro lado, y a mi juicio esto es trascendental en poesía si no se quiere hacer una traducción "filológica" de la poesía, es decir, la antítesis de la poesía, es imprescindible la pasión, la emoción -al menos parte de ella- que empuja a la escritura de la poesía y que esta proporciona a su vez, pasión por la lengua, por las palabras -cada palabra-, por lo que dicen y lo que no dicen, por lo que evocan y lo que sugieren, por su textura y por su historia, por
su color y por su facultad para recrear y hasta inventar mundos, sentimientos, pasados y futuros de los seres humanos.

Entonces usted considera a la traducción literaria como parte de la creación artística
-Es evidente. Está por ver qué parte sea de esa creación. Considérese, salvando las distancias, por ejemplo, que traducir la Biblia fue en varias lenguas europeas la mayor empresa literaria durante mucho tiempo; o que traducir con resultados perdurables Shakespeare, el Quijote o la Ilíada, supera hoy como logro artístico y como aportación al resto de los humanos la creación de muchas obras originales a las que yo miraría con todo respeto... No se trata de plantear reivindicaciones corporativas o de hacer ejercicios de arrogancia: si traducir bien la Divina Comedia es un logro creativo, escribirla originalmente constituye un prodigio de creación. La escritura original siempre contendrá elementos, raros e insustituibles elementos, que nunca aportará la traducción. Pero esta última, cuando se refiere a la literatura de verdad, forma parte con todo derecho de esa fuente de conocimiento, de emoción, de placer estético y humano, ese acto de invención de nosotros mismos que llamamos literatura.

Kadaré ya está instalado entre los grandes autores europeos, incluso en el año 2000 se lo mencionó insistentemente como uno de los candidatos al Premio Nobel, pero ¿qué ocurre con el resto de la literatura albanesa, en especial con la generación pos-Kadaré?

Hasta el momento, en castellano, sólo se ha traducido por extenso la obra de Kadaré, aunque se han publicado obras de otros autores -inevitablemente traducidos por mí-: Mitrush Kuteli (el principal antecedente de prosa literaria); Bashkim Shehu (foto, uno de los principales exponentes de esa generación pos-Kadaré a la que usted alude); Xhevdet Bajraj (un poeta kosovar actualmente residente en México); así como algunas antologías de poesía y unos "Cuentos populares albaneses" que preparé hace algunos años. Sin duda Kadaré es la más alta cumbre de las letras albanesas hasta hoy, particularmente en el terreno de la narrativa (a mi juicio uno de los novelistas europeos más perdurables de la segunda mitad del siglo XX), pero existen brillantes antecedentes (su edición en castellano depende sólo del interés de los editores) y, en poesía, incluso superiores a Kadaré: me refiero a Migjeni y, sobre todo, a Lasgush Poradeci; pero también están Fan Noli, el propio Kuteli, en narrativa Petro Marko...; y desde luego abundantes escritores en la actualidad, la mayor parte de los cuales no frecuentan los senderos seguidos (mejor dicho, desbrozados) por Kadaré: el citado Shehu (otra novela suya aparecerá en breve), Zija Çela, Fatos Kongolli, Mimoza Ahmeti (preparo una antología de su poesía en la actualidad), Rexhep Qosja, Ali Podrimja (dos kosovares), Shpahiu, Mustafaj, Meksi y otros, todos ellos en plena actividad y en fase de maduración.

==Segunda parte de cuatro

* 1- La pasión compartida (I)
* 3- Los albaneses en pocas palabras
* 4- Breve aproximación a Kadaré

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en julio de 2001)

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