El lugar del odio (Guía para entender la ex Yugoslavia)
Las elecciones yugoslavas de este 24 de setiembre mostrarán, por primera vez, a un candidato único de la oposición disputándole el poder al actual mandatario Slobodan Milosevic; sin embargo, estarán empañadas por el anunciado boicot de Montenegro, el único socio de Serbia que aún permanece en la Federación. El resto de las antiguas repúblicas yugoslavas, nueve años después de la desintegración del país y a un año de finalizada la última guerra que lo tuvo por escenario, forman un mosaico de cinco estados independientes, cuatro de los cuales aún no han podido resolver las tensiones étnicas entre sus siete colectividades principales.
Los reclamos de autonomía de los albaneses de Macedonia, la pulseada por el control del norte de Kosovo, y el deseo de independencia de Montenegro, son los factores que al momento actual tienen más posibilidades de desencadenar un nuevo conflicto. Mientras el difícil avance de las posiciones moderadas en Croacia y Bosnia favorece la estabilidad de la región, sólo Eslovenia parece haber consolidado el camino de la paz.
La Yugoslavia comunista que surgió después de la Segunda Guerra Mundial desapareció en 1991. Hoy existen en su antiguo territorio cinco países diferentes: Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, la Ex República Yugoslava de Macedonia (FYROM, por sus siglas en inglés), y una nueva Federación Yugoslava. Dos de esos países están a su vez divididos, por lo que el conjunto de cinco estados equivale a siete repúblicas. En uno de los casos, Bosnia-Herzegovina, la división del país en mitades surgió como único medio para detener la guerra y dio lugar a la existencia de la República Sprska (de mayoría serbia), y de la Federación de Croatas y Musulmanes.
En el otro caso no se trata de una división sino de una alianza, ya que las repúblicas de Montenegro y Serbia resolvieron permanecer dentro del marco de una nueva Federación Yugoslava. En el mosaico de la ex "tierra de los eslavos del sur", que es lo que significa el nombre Yugoslavia, existen aún otras dos entidades políticas, en este caso con un estatuto de provincias autónomas dentro de Serbia: Vojvodina, habitada por una importante minoría húngara, y Kosovo, actualmente bajo administración de las Naciones Unidas y cuya reintegración a Serbia parece la opción menos probable para su futuro.
La desarticulación de un país en el que convivían siete grupos étnicos principales (albaneses, croatas, eslovenos, macedonios, montenegrinos, musulmanes bosnios, y serbios) y su transformación en siete repúblicas puede parecer, a primera vista, una solución definitiva. Sin embargo, cada uno de los países, a excepción de Eslovenia, conserva en su interior por lo menos alguno de los factores de inestabilidad que ocasionaron las tres guerras que después de 1991 terminaron con la existencia de la Yugoslavia comunista.
Los croatas y los eslovenos son católicos, los serbios son cristianos ortodoxos al igual que los macedonios y los montenegrinos, en tanto que los bosnios son musulmanes y comparten esa fe con los albaneses de Kosovo y Macedonia aunque no con los de Albania que son mayoritariamente no creyentes. Esta realidad religiosa está en el origen de las divisiones y alianzas que se han tejido durante los últimos cinco siglos, desde que la derrota del reino serbio a mano de los turcos otomanos transformó los Balcanes en una fuente permanente de rebeliones y enfrentamientos; durante ese período las distintas colectividades nacionales encontraron en la religión el refugio para no perder su identidad y la fuerza para luchar por su existencia como nación.
==Primera parte de nueve
* 2- Yugoslavia: “no existe más que en teoría”
* 3- Montenegro busca su lugar
* 4- Croacia y el camino de la tolerancia
* 5- Bosnia-Herzegovina: dos países en uno
* 6- Eslovenia y Macedonia: los dos polos
* 7- Las tres Yugoslavias
* 8- Problemas pendientes
* 9- Sandjak: el país que nunca existió
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Quepasa en diciembre de 2000)
Los reclamos de autonomía de los albaneses de Macedonia, la pulseada por el control del norte de Kosovo, y el deseo de independencia de Montenegro, son los factores que al momento actual tienen más posibilidades de desencadenar un nuevo conflicto. Mientras el difícil avance de las posiciones moderadas en Croacia y Bosnia favorece la estabilidad de la región, sólo Eslovenia parece haber consolidado el camino de la paz.
La Yugoslavia comunista que surgió después de la Segunda Guerra Mundial desapareció en 1991. Hoy existen en su antiguo territorio cinco países diferentes: Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, la Ex República Yugoslava de Macedonia (FYROM, por sus siglas en inglés), y una nueva Federación Yugoslava. Dos de esos países están a su vez divididos, por lo que el conjunto de cinco estados equivale a siete repúblicas. En uno de los casos, Bosnia-Herzegovina, la división del país en mitades surgió como único medio para detener la guerra y dio lugar a la existencia de la República Sprska (de mayoría serbia), y de la Federación de Croatas y Musulmanes.
En el otro caso no se trata de una división sino de una alianza, ya que las repúblicas de Montenegro y Serbia resolvieron permanecer dentro del marco de una nueva Federación Yugoslava. En el mosaico de la ex "tierra de los eslavos del sur", que es lo que significa el nombre Yugoslavia, existen aún otras dos entidades políticas, en este caso con un estatuto de provincias autónomas dentro de Serbia: Vojvodina, habitada por una importante minoría húngara, y Kosovo, actualmente bajo administración de las Naciones Unidas y cuya reintegración a Serbia parece la opción menos probable para su futuro.
La desarticulación de un país en el que convivían siete grupos étnicos principales (albaneses, croatas, eslovenos, macedonios, montenegrinos, musulmanes bosnios, y serbios) y su transformación en siete repúblicas puede parecer, a primera vista, una solución definitiva. Sin embargo, cada uno de los países, a excepción de Eslovenia, conserva en su interior por lo menos alguno de los factores de inestabilidad que ocasionaron las tres guerras que después de 1991 terminaron con la existencia de la Yugoslavia comunista.
Los croatas y los eslovenos son católicos, los serbios son cristianos ortodoxos al igual que los macedonios y los montenegrinos, en tanto que los bosnios son musulmanes y comparten esa fe con los albaneses de Kosovo y Macedonia aunque no con los de Albania que son mayoritariamente no creyentes. Esta realidad religiosa está en el origen de las divisiones y alianzas que se han tejido durante los últimos cinco siglos, desde que la derrota del reino serbio a mano de los turcos otomanos transformó los Balcanes en una fuente permanente de rebeliones y enfrentamientos; durante ese período las distintas colectividades nacionales encontraron en la religión el refugio para no perder su identidad y la fuerza para luchar por su existencia como nación.
==Primera parte de nueve
* 2- Yugoslavia: “no existe más que en teoría”
* 3- Montenegro busca su lugar
* 4- Croacia y el camino de la tolerancia
* 5- Bosnia-Herzegovina: dos países en uno
* 6- Eslovenia y Macedonia: los dos polos
* 7- Las tres Yugoslavias
* 8- Problemas pendientes
* 9- Sandjak: el país que nunca existió
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Quepasa en diciembre de 2000)
Etiquetas: Balcanes 2000/2002, Bosnia, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro, Religiones, Religiones 2000/2004, Serbia 2000/2001, Yugoslavia
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