Derecho de admisión
Brasil ungido en Europa

* “No deseo pertenecer a ningún club que acepte como socio a alguien como yo”, (Groucho Marx)
“Estamos reconociendo la cualidad de Brasil como actor esencial para entrar en el restringido club de nuestros socios estratégicos”, dijo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso. El jueves 5 de julio la prensa europea relató el hecho con entusiasmo. El País de Madrid, por ejemplo: “Brasil es desde ayer nuevo socio estratégico de la Unión Europea. La potencia emergente de Suramérica, el quinto país del mundo en tamaño y población, obtiene el mismo estatus que China, Rusia o India. La ue repara una vieja carencia en política exterior, y Brasil será su llave para avanzar en el acuerdo con el Mercosur, el Mercado Común del Sur, bloqueado durante diez años. La base de la alianza es más cooperación, más intercambio económico, frente común contra el cambio climático y promoción del comercio justo”.


Un editorial del Diario de Noticias, de Portugal, indica que “detrás de palabras amables y gestos simpáticos hay una difícil negociación. Lo que la ue quiere de Brasil es que abra más sus fronteras a las exportaciones, reduciendo las barreras aduaneras. Lo que Brasil quiere de la ue es que los países europeos abandonen la política de subvenciones agrícolas, abriendo el mercado a la competencia legítima de los brasileños”.

Pero las económicas no son las únicas motivaciones. La agencia ips consultó a la analista Teresa Sousa, que está considerada una de las más destacadas expertas portuguesas en política comunitaria, quien evaluó que en la decisión de Bruselas influyó la necesidad europea de “apoyar a una gran democracia que cuenta con peso e influencia como para no dejar que el péndulo de la balanza latinoamericana se incline hacia el lado de (el presidente de Venezuela) Hugo Chávez”.

Los episodios más recientes de esta telenovela en entregas comenzaron con las críticas realizadas en mayo por parlamentarios brasileños ante la no renovación en Venezuela de la licencia que poseía una televisora opositora. Continuaron con Chávez calificando de “loros” a los senadores que le criticaron desde Brasilia, y se profundizaron cuando desde el gobierno de Lula se le pidió al mandatario venezolano “un gesto” para apaciguar las aguas. El pedido vino del canciller de Brasil, Celso Amorim, y se realizó desde Asunción, donde se desarrollaba una cumbre del Mercosur a la que Chávez no concurrió. El gesto llegó, pero no fue precisamente pacificador. Desde Irán, Chávez dijo que no le “desespera” ingresar “a un viejo Mercosur que no quiera cambiar”. La antítesis de la concepción marxiana mencionada al comienzo de esta nota.
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 6 de julio de 2007)
Etiquetas: Brasil, Europa Occidental, Multilateralismo, Venezuela
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