El juicio a Milosevic 4:
La culpa del otro
Como si tampoco el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia pudiera sustraerse al mito colectivo que asocia las guerras balcánicas a supuestos odios étnicos que hunden sus raíces en la Edad Media, este 12 de febrero la fiscalía comenzó el juicio contra Slobodan Milosevic acusándolo de "crímenes medievales".
En su defensa, el ex hombre fuerte serbio cuestiona la legitimidad de un tribunal al que llama "animal", e intenta inculpar, a su vez, a Estados Unidos. Milosevic sabe que ya está condenado, y por eso juega esta carta. La estrategia no es nueva. La estrenaron los nacionalistas de Croacia cuando el mismo Tribunal Penal Internacional que ahora juzga a Milosevic pidió la captura de varios generales croatas acusados de crímenes de lesa humanidad cometidos contra civiles serbios en 1991. El silogismo de la defensa era el siguiente: el ejército croata actuó con apoyo aéreo y de inteligencia de Estados Unidos; como Estados Unidos jamás participaría de una operación en la que se violen los derechos humanos, entonces el ejército croata no violó los derechos humanos.
Milosevic mejora esta técnica. Por un lado presentar como argumento de defensa su papel de gestor de la paz de Dayton codo a codo con el ex presidente Clinton. Pero a la vez que pretende utilizar a Clinton como testigo de la defensa, intenta sentarlo en el banquillo de los acusados: si no hay un juicio contra la OTAN, él transformará su juicio en una acusación contra Occidente. Con esta jugada quiere presentarse como el defensor del honor nacional serbio, de cara a la interna yugoslava, ya que sabe que la batalla ante la opinión pública internacional la tiene perdida de antemano. Como un Montesinos balcánico, Milosevic agita fantasmas para lograr alguna ventaja menor: si ya se sabe que es culpable, al menos tratará de demostrar que no es el único culpable.
Crímenes de San Vito
Como en todo juicio con un fuerte componente mediático, en este proceso sobran los calificativos, mientras que las pruebas reales permanecen en un segundo plano. Pero existen. El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia unificó el primero de febrero las tres causas que se seguían contra Milosevic. Ahora deberá responder en un solo juicio a las acusaciones de crímenes contra la humanidad cometidos en Croacia, Bosnia y Kosovo. Como cabeza de la Federación Yugoslava, y como líder máximo de los serbios, se le acusa de ser el cerebro detrás de las atrocidades cometidas por la efímera República Serbia de Krajina (Croacia, 1991), por los serbobosnios en la sangrienta guerra de Bosnia (1992-1995), y por las fuerzas de seguridad yugoslavas en la limpieza étnica contra la población albanesa de Kosovo (1999).
Las actas de acusación abundan en nombres y en episodios concretos, aunque la fiscalía deberá ligar esas masacres a la responsabilidad palpable de Milosevic. Una de las posibles explicaciones de la insistencia en unificar las causas, estaría en que es mucho más fácil probar su responsabilidad en los hechos de Kosovo que en los anteriores. A lo largo de los dos años que se supone que durará el juicio que comenzó el 12 de febrero, se verán una y otra vez las imágenes de los campos de concentración de Bosnia, de las fosas comunes de Kosovo, de los disparos contra la población civil de Sarajevo, y de la matanza de Srebenica.
Será, sin duda, un juicio histórico. Y cuando ingrese definitivamente en los libros de historia, agregará un eslabón más a la cadena de episodios clave que suelen ocurrir en los Balcanes los 28 de junio, día de San Vito. Fue un 28 de junio de 1389 que los serbios perdieron la mítica Batalla de Kosovo frente a los turcos, episodio fundacional de su sentimiento nacional; fue también un 28 de junio cuando un serbobosnio asesinó, en 1914, al heredero del trono austrohúngaro dando la excusa para el desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial; y fue un 28 de junio de 2001 que Slobodan Milosevic fue enviado a La Haya para ser juzgado por genocidio.
==Cuarta parte de cuatro, publicado en Brecha el 15 de febrero de 2002
* 1- ¿Criminales o héroes?
* 2- Preguntas en Belgrado.
* 3- Teorías de la conspiración.
* 4- La culpa del otro.
En su defensa, el ex hombre fuerte serbio cuestiona la legitimidad de un tribunal al que llama "animal", e intenta inculpar, a su vez, a Estados Unidos. Milosevic sabe que ya está condenado, y por eso juega esta carta. La estrategia no es nueva. La estrenaron los nacionalistas de Croacia cuando el mismo Tribunal Penal Internacional que ahora juzga a Milosevic pidió la captura de varios generales croatas acusados de crímenes de lesa humanidad cometidos contra civiles serbios en 1991. El silogismo de la defensa era el siguiente: el ejército croata actuó con apoyo aéreo y de inteligencia de Estados Unidos; como Estados Unidos jamás participaría de una operación en la que se violen los derechos humanos, entonces el ejército croata no violó los derechos humanos.
Milosevic mejora esta técnica. Por un lado presentar como argumento de defensa su papel de gestor de la paz de Dayton codo a codo con el ex presidente Clinton. Pero a la vez que pretende utilizar a Clinton como testigo de la defensa, intenta sentarlo en el banquillo de los acusados: si no hay un juicio contra la OTAN, él transformará su juicio en una acusación contra Occidente. Con esta jugada quiere presentarse como el defensor del honor nacional serbio, de cara a la interna yugoslava, ya que sabe que la batalla ante la opinión pública internacional la tiene perdida de antemano. Como un Montesinos balcánico, Milosevic agita fantasmas para lograr alguna ventaja menor: si ya se sabe que es culpable, al menos tratará de demostrar que no es el único culpable.
Crímenes de San Vito
Como en todo juicio con un fuerte componente mediático, en este proceso sobran los calificativos, mientras que las pruebas reales permanecen en un segundo plano. Pero existen. El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia unificó el primero de febrero las tres causas que se seguían contra Milosevic. Ahora deberá responder en un solo juicio a las acusaciones de crímenes contra la humanidad cometidos en Croacia, Bosnia y Kosovo. Como cabeza de la Federación Yugoslava, y como líder máximo de los serbios, se le acusa de ser el cerebro detrás de las atrocidades cometidas por la efímera República Serbia de Krajina (Croacia, 1991), por los serbobosnios en la sangrienta guerra de Bosnia (1992-1995), y por las fuerzas de seguridad yugoslavas en la limpieza étnica contra la población albanesa de Kosovo (1999).
Las actas de acusación abundan en nombres y en episodios concretos, aunque la fiscalía deberá ligar esas masacres a la responsabilidad palpable de Milosevic. Una de las posibles explicaciones de la insistencia en unificar las causas, estaría en que es mucho más fácil probar su responsabilidad en los hechos de Kosovo que en los anteriores. A lo largo de los dos años que se supone que durará el juicio que comenzó el 12 de febrero, se verán una y otra vez las imágenes de los campos de concentración de Bosnia, de las fosas comunes de Kosovo, de los disparos contra la población civil de Sarajevo, y de la matanza de Srebenica.
Será, sin duda, un juicio histórico. Y cuando ingrese definitivamente en los libros de historia, agregará un eslabón más a la cadena de episodios clave que suelen ocurrir en los Balcanes los 28 de junio, día de San Vito. Fue un 28 de junio de 1389 que los serbios perdieron la mítica Batalla de Kosovo frente a los turcos, episodio fundacional de su sentimiento nacional; fue también un 28 de junio cuando un serbobosnio asesinó, en 1914, al heredero del trono austrohúngaro dando la excusa para el desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial; y fue un 28 de junio de 2001 que Slobodan Milosevic fue enviado a La Haya para ser juzgado por genocidio.
==Cuarta parte de cuatro, publicado en Brecha el 15 de febrero de 2002
* 1- ¿Criminales o héroes?
* 2- Preguntas en Belgrado.
* 3- Teorías de la conspiración.
* 4- La culpa del otro.
Etiquetas: Balcanes, Bosnia, Croacia, DDHH 2002-2004, Elegidas, Kosovo 2000/2002, Más balcánicas, Serbia 2002/2003
<< Home