El caso congoleño
El tema de este informe adquiere en estos momentos mayor interés para el público uruguayo debido, entre otras razones, a la participación del país en misiones de paz en dos lugares que aparecen citados en todos los índices sobre fragilidad del Estado: Haití y la República Democrática del Congo. En varios de los reportes internacionales este país africano ocupa el segundo lugar en el índice de Estados frágiles. Según Foreing Policy, en la República Democrática del Congo “el hundimiento es visible desde hace años y se manifiesta en conflictos armados, hambruna, brotes de enfermedades y oleadas de refugiados”. La pregunta que se dibuja con mayor claridad en el momento de intentar analizar situaciones como ésta, es si existe alguna posibilidad de torcer ese rumbo.
BRECHA entrevistó a Jean Paul Marthoz, Director de Información de Human Rights Watch (HRW), quien se refirió a las posibles salidas que tiene la sociedad congoleña para comenzar un proceso de recuperación. La primera carta, en su opinión, se juega durante las próximas elecciones. “Visto desde Bruselas, que es una de las capitales desde las que se sigue con más atención la situación de la República Democrática del Congo, hay una gran esperanza de que con el proceso electoral se puedan dar los primeros pasos para recrear este país que en las últimas décadas no ha tenido una coherencia ni nacional ni democrática”, señaló Marthoz. El vocero de este organismo defensor de los derechos humanos dijo que “los últimos años han sido tiempos de fragmentación con guerras étnicas y con la intervención de países vecinos”. En ese sentido el país “es casi la caricatura de las crisis africanas de la última fase del poscolonialismo”.
Por eso la próxima elección tiene “que ser tomada muy seriamente” tanto por los actores locales como por la comunidad internacional, lo que implica “el aumento de los medios que se entrega a la Misión de Naciones Unidas (MONUC)”. Marthoz indicó que cuando desde HRW se ha criticado a la MONUC, la crítica siempre se hizo de manera constructiva, reconociendo el rol positivo de esta presencia internacional, “pero sin esconder las cosas que pasaron, como algunos casos de abusos sexuales o la pasividad de algunos momentos ante episodios de violencia”. Pese a esto, reclamó mayor coherencia de la comunidad internacional, en especial de la Unión Europea, en proveer más recursos financieros para reforzar a la MONUC para que tenga el número de soldados y el equipamiento necesarios para cumplir con su misión, lo que debe complementarse con “el mandato claro de poder intervenir de forma fuerte y firme contra todos los actores que tratan de obstaculizar el proceso electoral y el proceso de paz”.
El riesgo, según explicó Marthoz, proviene de la existencia de actores que no se benefician del proceso de paz. Como en muchos conflictos hay quienes sacan de la guerra sus recursos, en especial usando la violencia para generar zonas en las que ejercer el poder de manera arbitraria y controlar, así, sectores de la población que luego sirve a fines económicos. Es por eso, dijo el especialista, que la comunidad internacional tiene que tener una actuación mucho más firme. Esto adquiere vital importancia en el caso del Congo, ya que es un país en el que no se está ante las guerras étnicas tradicionales. Si bien “hay un elemento local muy fuerte, la participación de actores internacionales en el conflicto es obvia”, pautada por la presencia de los países vecinos que entraron en la disputa “para aprovecharse de los recursos mineros” congoleños. Agregó que también se tiene que perseguir “con dureza” a los actores privados negativos, mediante investigaciones internacionales sobre blanqueo de dinero, y siguiendo el rastro del tráfico de oro, diamantes y coltán. Pero así como están estos sectores privados negativos, Marthoz recordó que también existen sectores privados que tiene un rol muy positivo, en particular la sociedad civil organizada en torno, por ejemplo, a la defensa de los derechos humanos. La MONUC tiene un papel importante que cumplir en la protección de esta sociedad civil “que en estos años de masacres ha podido lograr al menos un nivel mínimo de protección para la gente”, dijo el experto.
==Septima parte de nueve
* 1- La fragilidad como amenaza
* 2- Dos enfoques
* 3- Seguridad para el desarrollo
* 4- Desarrollo para la seguridad
* 5- El riesgo
* 6- La polémica
* 8- Gamberros, desestructurados y sin ley
* 9- Fuentes
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en noviembre de 2005)
BRECHA entrevistó a Jean Paul Marthoz, Director de Información de Human Rights Watch (HRW), quien se refirió a las posibles salidas que tiene la sociedad congoleña para comenzar un proceso de recuperación. La primera carta, en su opinión, se juega durante las próximas elecciones. “Visto desde Bruselas, que es una de las capitales desde las que se sigue con más atención la situación de la República Democrática del Congo, hay una gran esperanza de que con el proceso electoral se puedan dar los primeros pasos para recrear este país que en las últimas décadas no ha tenido una coherencia ni nacional ni democrática”, señaló Marthoz. El vocero de este organismo defensor de los derechos humanos dijo que “los últimos años han sido tiempos de fragmentación con guerras étnicas y con la intervención de países vecinos”. En ese sentido el país “es casi la caricatura de las crisis africanas de la última fase del poscolonialismo”.
Por eso la próxima elección tiene “que ser tomada muy seriamente” tanto por los actores locales como por la comunidad internacional, lo que implica “el aumento de los medios que se entrega a la Misión de Naciones Unidas (MONUC)”. Marthoz indicó que cuando desde HRW se ha criticado a la MONUC, la crítica siempre se hizo de manera constructiva, reconociendo el rol positivo de esta presencia internacional, “pero sin esconder las cosas que pasaron, como algunos casos de abusos sexuales o la pasividad de algunos momentos ante episodios de violencia”. Pese a esto, reclamó mayor coherencia de la comunidad internacional, en especial de la Unión Europea, en proveer más recursos financieros para reforzar a la MONUC para que tenga el número de soldados y el equipamiento necesarios para cumplir con su misión, lo que debe complementarse con “el mandato claro de poder intervenir de forma fuerte y firme contra todos los actores que tratan de obstaculizar el proceso electoral y el proceso de paz”.
El riesgo, según explicó Marthoz, proviene de la existencia de actores que no se benefician del proceso de paz. Como en muchos conflictos hay quienes sacan de la guerra sus recursos, en especial usando la violencia para generar zonas en las que ejercer el poder de manera arbitraria y controlar, así, sectores de la población que luego sirve a fines económicos. Es por eso, dijo el especialista, que la comunidad internacional tiene que tener una actuación mucho más firme. Esto adquiere vital importancia en el caso del Congo, ya que es un país en el que no se está ante las guerras étnicas tradicionales. Si bien “hay un elemento local muy fuerte, la participación de actores internacionales en el conflicto es obvia”, pautada por la presencia de los países vecinos que entraron en la disputa “para aprovecharse de los recursos mineros” congoleños. Agregó que también se tiene que perseguir “con dureza” a los actores privados negativos, mediante investigaciones internacionales sobre blanqueo de dinero, y siguiendo el rastro del tráfico de oro, diamantes y coltán. Pero así como están estos sectores privados negativos, Marthoz recordó que también existen sectores privados que tiene un rol muy positivo, en particular la sociedad civil organizada en torno, por ejemplo, a la defensa de los derechos humanos. La MONUC tiene un papel importante que cumplir en la protección de esta sociedad civil “que en estos años de masacres ha podido lograr al menos un nivel mínimo de protección para la gente”, dijo el experto.
==Septima parte de nueve
* 1- La fragilidad como amenaza
* 2- Dos enfoques
* 3- Seguridad para el desarrollo
* 4- Desarrollo para la seguridad
* 5- El riesgo
* 6- La polémica
* 8- Gamberros, desestructurados y sin ley
* 9- Fuentes
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en noviembre de 2005)
Etiquetas: Africa, Africa 2000/2005, Congo, Derechos Humanos
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