12 octubre 2005

Sahara Occidental: posición incómoda

El nuevo gobierno español está en una situación difícil. Los tradicionales lazos de simpatía con la causa saharaui que existen en la sociedad española, y en especial en la base electoral del actual gobierno, empujan el émbolo de su política exterior a llenar de contenido el “vacío diplomático” que pareció caracterizar la actitud de la administración del Partido Popular. Sin embargo, y debido a que es mucho el vacío a desplazar (aderezado incluso de intereses empresariales y lazos entre las monarquías), los primeros pasos de esta nueva actuación se parecen, en sus resultados, a la inacción de aquella.

El miércoles pasado el embajador español en Marruecos, Luis Planas intentó explicar la nueva política española. De acuerdo con lo que reprodujo un cable de Europa Press, su opinión es que España ha superado la "neutralidad con respecto a los acontecimientos y las posiciones que se daban en la ONU" para convertirse en una "política de acompañamiento". Esta nueva postura, demasiado críptica para empujar el émbolo con la claridad que los sectores pro-saharauis desearían, se caracteriza por lo que casi parece un juego de palabras: “España apoya a las partes implicadas en el conflicto para que haya, en primer lugar, un diálogo entre ellos con el fin de que luego, ‘eventualmente’, se produzca una solución”, intentó resumir el cable de la agencia europea.

==Cuarta parte de cuatro

* 1- Intifada saharaui
* 2- Recursos naturales
* 3- Derechos Humanos

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 12 de octubre de 2005)

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