Imaginarios urbanos
Muchas podrían haber sido las ciudades reseñadas en este artículo. En Francia además de Bobigny se podría haber hablado de Nanterre, o en Italia haber sustituido Bologna por la Torino industrial (foto). Si se hubiera querido encontrar un ejemplo de megalópolis, tal vez habría sido adecuiado profundizar en el caso de Calcuta, con sus once millones de habitantes eligiendo gobiernos locales de izquierda en un estado de India donde comunistas y socialistas llevan varios períodos como opciones mayoritarias. O en el otro extremo, bucear en las trayectorias políticas que llevaron al Partido comunista portugués a echar raíces en las pequeñas poblaciones del Alentejo, o poner el foco sobre el caso de la isla de Lesbos, en el egeo griego, donde buena parte de las ciudades votan en rojo (y en especial una, Mandamados, que desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la última elección había elegido un alcalde comunista tras otro).
Pero la pregunta que surge a medida que se va descubriendo el mapa sinuoso de las “comunas rojas” es si se trata de formas de afirmación de la identidad de las comunidades, ya sea de la identidad que surge de factores socioeconómicos de fondo o de la que se sostiene en andamios más de tipo simbólico, o si son espacios de anacronismo histórico. Sea cual sea la respuesta que se elija (tal vez incluso podría pensarse en una combinación de ambas posibilidades) la problematización política actual de las ciudades, no sólo de aquellas que tienen gobiernos locales de izquierda, no parece ser ajena a las interrogantes que planteó a las ciencias sociales el fin del llamado “socialismo real”.
En el artículo “Imaginarios urbanos de la ciudad global”, publicado por Rear Mirrors, se explica que para Edward Soja y sus colegas de la Escuela de Los Ángeles –uno de los núcleos más avanzados de la geografía política- la época actual encuentra a occidente en un nuevo momento de crisis, cuyo manifestación simbólica sitúan en 1992. Ese fue el año de las revueltas de Rodney King en Los Ángeles y la matanza de Tiannamen, en China, tres años después de la caída del Muro de Berlín y dos años antes del levantamiento Zapatista en Chiapas. Para Soja se trata de la crisis del modelo urbano global desarrollado durante las tres últimas décadas, que comenzó con la reconversión posindustrial y que parece haber alcanzado su estado crítico en lo que puede denominarse la globalización neoliberal.
La aldea de Asterix, nacida en una vivienda popular de Bobigny y vuelta ícono en la Belgrado de principios de siglo, parece ser una de las respuestas que algunas comunidades dan a esa crisis. No es una respuesta cerrada en sí misma, sino que otras alternativas, como las redes ciudadanas que apuestan a otro tipo de globalización, encuentran en esas comunas rojas (la Bologna telemática es un ejemplo entre tantos posibles) sus nodos más activos.
Consta de seis partes: * 1- León ciudad sandinista, * 2- Más que un damero, * 3- Bobigny: Asterix el rojo, * 4- Bajalta California: el tercer espacio, * 5- Bologna: ciudad partisana, * 6- Imaginarios urbanos.
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 1 de junio de 2007)
Pero la pregunta que surge a medida que se va descubriendo el mapa sinuoso de las “comunas rojas” es si se trata de formas de afirmación de la identidad de las comunidades, ya sea de la identidad que surge de factores socioeconómicos de fondo o de la que se sostiene en andamios más de tipo simbólico, o si son espacios de anacronismo histórico. Sea cual sea la respuesta que se elija (tal vez incluso podría pensarse en una combinación de ambas posibilidades) la problematización política actual de las ciudades, no sólo de aquellas que tienen gobiernos locales de izquierda, no parece ser ajena a las interrogantes que planteó a las ciencias sociales el fin del llamado “socialismo real”.
En el artículo “Imaginarios urbanos de la ciudad global”, publicado por Rear Mirrors, se explica que para Edward Soja y sus colegas de la Escuela de Los Ángeles –uno de los núcleos más avanzados de la geografía política- la época actual encuentra a occidente en un nuevo momento de crisis, cuyo manifestación simbólica sitúan en 1992. Ese fue el año de las revueltas de Rodney King en Los Ángeles y la matanza de Tiannamen, en China, tres años después de la caída del Muro de Berlín y dos años antes del levantamiento Zapatista en Chiapas. Para Soja se trata de la crisis del modelo urbano global desarrollado durante las tres últimas décadas, que comenzó con la reconversión posindustrial y que parece haber alcanzado su estado crítico en lo que puede denominarse la globalización neoliberal.
La aldea de Asterix, nacida en una vivienda popular de Bobigny y vuelta ícono en la Belgrado de principios de siglo, parece ser una de las respuestas que algunas comunidades dan a esa crisis. No es una respuesta cerrada en sí misma, sino que otras alternativas, como las redes ciudadanas que apuestan a otro tipo de globalización, encuentran en esas comunas rojas (la Bologna telemática es un ejemplo entre tantos posibles) sus nodos más activos.
Consta de seis partes: * 1- León ciudad sandinista, * 2- Más que un damero, * 3- Bobigny: Asterix el rojo, * 4- Bajalta California: el tercer espacio, * 5- Bologna: ciudad partisana, * 6- Imaginarios urbanos.
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 1 de junio de 2007)
<< Home