13 abril 2007

Handke en Kosovo: La tierra de los deseos opuestos

Aunque bastante opacada por las crisis de Oriente Medio, la situación de Kosovo está nuevamente en el centro de la agenda de la comunidad internacional y se ha convertido en un nuevo escenario para que Rusia y Estados Unidos exhiban sus diferencias. Mientras tanto, un escritor austríaco decidió donar el importe de un premio literario a los habitantes de una aldea serbia asolada por el fantasma de la limpieza étnica.

Peter Handke, autor de libros como El miedo del golero ante el tiro penal y de guiones como el de la película Alas del Deseo, que dirigió Wim Wenders, estuvo el sábado pasado en Velika Hoca, uno de los pocos enclaves serbios que quedan en Kosovo. El motivo fue donar a los campesinos del lugar la suma de 50 mil euros, el equivalente a la dotación del premio Henrich Heine, uno de los principales galardones literarios en lengua alemana.
Handke, que había ganado el premio en la cancha de las letras, lo perdió luego en la liga de la política, ya que el reconocimiento le fue retirado por las protestas de varios intelectuales alemanes, incómodos por la postura pro-serbia del escritor. Un grupo de seguidores de la obra de Handke, sin embargo, reunió la suma y se la entregaron con el nombre de "Premio Heinrich Heine alternativo de Berlín".
Esta pulseada de entrecasa de la cultura germana es el reflejo de otra de mayor escala, que tiene como escenario al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y como protagonistas a Estados Unidos y Rusia. El primero (al igual que la Unión Europea) apoya el plan del Representante Especial del Secretario General de la ONU, Martti Ahtisaari, que tiene como punto de llegada la independencia que desean los albanokosovares, mientras que los rusos rechazan cualquier medida que no cuente con el consenso serbio. Como es sabido, Kosovo es formalmente una provincia de Serbia, aunque está bajo administración de la ONU desde 1999. En ese año la OTAN bombardeó la ex Yugoslavia y obligó a Belgrado a abandonar ese territorio, habitado en un 90 por ciento por personas de etnia albanesa. Tras la victoria de la OTAN, la guerrilla albanesa realizó acciones de limpieza étnica contra la minoría serbia, en venganza por ataques similares sufridos durante el gobierno de Slobodan Milosevic.
Ahora estadounidenses y rusos se acusan mutuamente de que sus posturas en torno a Kosovo pueden volver a desestabilizar los Balcanes (ver recuadro Tesis&Antítesis).
Mientras esto ocurre en las esferas diplomáticas, la situación en el terreno muestra señales preocupantes, como fue el reciente ataque con lanzagranadas contra un monasterio medieval ubicado en Kosovo. Las poblaciones circundantes y otros enclaves de la minoría serbia siguen siendo, en la práctica, ghettos aislados en los que sólo la presencia de las fuerzas militares de la OTAN impiden los ataques de algunos sectores albanokosovares que postulan retomar la limpieza étnica como camino hacia la independencia. Hacia esas aldeas fue que se dirigió Handke la semana pasada

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 13 de abril de 2007)

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