20 marzo 2007

Los nueve magníficos

(colaboración especial con el periódico La Diaria con motivo de su primer aniversario) Durante este primer año innumerables políticos han sido protagonistas de las páginas de información internacional. De ese catálogo construido por el ritmo a veces caprichoso y a veces previsible de la actualidad, escogimos nueve que presentamos en riguroso orden alfabético. Diferentes entre sí, habitan ese incompleto tapiz que un periódico va tejiendo con las hebras de lo cotidiano.

Barack Obama. Puede transformarse en el primer presidente negro de Estados Unidos. Para eso deberá superar una dura interna demócrata, donde su principal rival, Hillary Clinton, pretende ser la primera mujer en ocupar ese mismo cargo. Los medios de su país le han llamado “el JFK negro”, tal vez olvidando que el patriarca de los Kennedy era un personaje ligado al negocio del licor en tiempos de la Ley seca, mientras que la trayectoria de Obama padre incluye un título en Economía obtenido en la Universidad de Harvard. El hijo de aquél académico keniata se graduó como politólogo en Columbia y luego obtuvo un posgrado, también él en Harvard, iniciando una carrera política que tiene como epicentro la ciudad de Chicago. Fue uno de los personajes cuya estrella vimos despuntar en
el primer año de La Diaria, y en caso de ganar las internas demócratas se convertirá en un rostro recurrente de la actualidad internacional del segundo. De lo contrario correrá la suerte de John Kerry. ¿De quién?

Daniel Ortega. De la mano de una reforma electoral y ayudado por las divisiones ocurridas en filas de la derecha, el líder sandinista volvió a ser elegido presidente de Nicaragua. Con un discurso más moderado que en los años ochenta, cuando entonaba su “luchamos contra el yanqui, enemigo de la humanidad”, Ortega tiene una nueva oportunidad para conducir los destinos del segundo país más pobre de América. Los tiempos electorales desempolvaron viejas biografías en las que pudo leerse el rol de Daniel en la guerra contra Somoza, sus claroscuros como gobernante, y sobre todo el peso de las acusaciones de abuso sexual realizadas por su hija adoptiva, Zoilamérica.

Fidel Castro. Estar al frente de la revolución cubana desde 1961 hizo de su rostro barbado uno de los más conocidos por la opinión pública internacional. Este año su protagonismo tuvo un tono distinto al habitual. Aquejado de una grave enfermedad dejó el poder en manos de su hermano y se retiró a una batalla privada cuyos detalles son guardados como secreto de Estado. Rumores y especulaciones han tenido en vilo a los cubanos, tanto a los que viven en la isla como a los que se exiliaron en Miami. Estos últimos, según se ha hecho público, ya tienen listos los festejos para el momento inevitable. Fidel, mientras tanto, ha cambiado el traje verdeolivo por un equipo deportivo con los colores de Cuba (curioso atuendo de atleta en una carrera perdida de antemano) e intenta retrasarle la fiesta a sus enemigos.

Mahmoud Ahmadinejad. El nombre del presidente iraní ha sido uno de los que se han tipeado con mayor frecuencia en las redacciones de los medios debido, sobre todo, a su insistencia en la defensa del programa nuclear de su país, que asegura que tiene fines pacíficos. Su visita a América Latina aprovechando la toma de posesión del mandatario ecuatoriano, durante la cual también interactuó con sus colegas de Nicaragua y Venezuela, le trajo algunos dolores de cabeza domésticos. La oposición iraní consideró que la gira tropical de Ahmadinejad era una cortina de humo para desviar la atención de los problemas de gasto público. Más allá de los episodios coyunturales, su figura menuda es la expresión política más ortodoxa de la República Islámica heredera del ayatollah Khomeini. Pese a esto, el régimen integrista parece estar buscando su centro, y cada vez son más las versiones de prensa que indican que Ahmadinehad está perdiendo las preferencias de los clérigos. Agazapado, el reformismo de Khatami espera por una nueva oportunidad electoral.

Manuel López Obrador. Las elecciones de julio del año pasado dejaron a México con dos candidatos proclamándose presidentes. El derechista Felipe Calderón Hinojosa, oficialmente declarado ganador, y el izquierdista Manuel López Obrador, que aseguró que la victoria del heredero de Vicente Fox había sido fruto del fraude. Las convocatorias de masas de López Obrador llenando la enorme plaza del Zócalo, en el Distrito Federal, tuvieron casi tanta repercusión como las bataholas y vigilias de legisladores buscando impedir el acto de toma de posesión del cuestionado Calderón Hinojosa. Aunque luego su atractivo mediático fue apagándose, el peje, como se conoce a López Obrador en la política mexicana, puso en evidencia la fragilidad de la confianza que los mexicanos tienen en la limpieza de sus elecciones. Las décadas de autoritarismo priista no parecen haber transcurrido en vano.

Ollanta Humala. Fue un animador permanente de los primeros números de La Diaria. Con sus declaraciones explosivas, el Tigre Humala y su familia –entre los que se destacaba su hermano Antauro- condimentaron la campaña presidencial peruana. Progresista para sus simpatizantes y populista para sus rivales, Ollanta nunca pudo superar del todo su pasado golpista. Lo polémico de su figura y el mal desempeño de la candidata de centroderecha que era la favorita en los papeles (Lourdes Flores) le dieron un inesperado impulso a la candidatura de Alan García. El ex presidente pudo repetir y llevó nuevamente al APRA a la primera magistratura del país, en una resurrección política todavía más espectacular que la de Daniel Ortega en Nicaragua.

Romano Prodi. Volvió, ganó, renunció y regresó de nuevo. Una verdadera máquina de producir titulares que no parece tener intenciones de agotarse en este 2007. El carácter indómito de algunos miembros de la coalición de centroizquierda hacen de cada votación importante una jugada de alto riesgo. Pese a las diferencias con sus socios acerca de la misión de los soldados italianos en Afganistán y de las dificultades para aprobar el presupuesto, Il professore ha venido sorteando las dificultades que se le han presentado en estos primeros meses de mandato desde que puso en el gobierno a la Italia de Moretti. Particularmente recordables para los lectores han de haber sido los debates mediáticos de la campaña electoral de abril de 2006 y su interminable pulseada con el ex premier Silvio Berlusconi.

Saddam Hussein. Su ejecución, ocurrida un día antes de que terminara el 2006, y sobre todo la difusión de las imágenes de los momentos previos a su muerte, dominaron las sobremesas de Año Nuevo y todavía darán mucha tela para cortar en los debates académicos. Hombre fuerte de Irak desde 1979, este antiguo aliado de Estados Unidos fue derrocado por los marines en 2003 y juzgado por un tribunal del nuevo gobierno iraquí. Luego de su caída el país ha venido sufriendo una creciente violencia en la que la resistencia a las tropas de ocupación occidentales se combina con enfrentamientos sectarios entre sunnitas y chiitas.

Segolene Royal. La candidata socialista a las elecciones francesas de este año nació en Dakar en tiempos en que Senegal era una colonia europea. Desde La Diaria se realizó el seguimiento informativo de su campaña electoral, primero en las internas de su partido y ahora en la pugna con el ex Ministro del Interior, el derechista Nicolas Sarkozy. Este último, por razones de su antiguo cargo, ha tenido otros momentos de protagonismo durante 2006, como ocurrió durante las revueltas estudiantiles contra el Contrato Primer Empleo. En caso de que Segolene logre ganar, sería la primera mujer en ocupar el cargo de primer ministro de Francia.


(Artículo de Roberto López Belloso publicado en La Diaria el 20 de marzo de 2007)