29 septiembre 2000

Niño estrábico con lentes

Ser alto y bizco fueron los dos problemas que más preocuparon a Sergio Ramírez entre los diez y los doce años. En parte por las burlas de sus compañeros de clase ("asunto que entró en la costumbre del trato en la escuela, y en la sustancia de mis silencios retraídos") y en parte por las negativas de las muchachas a ser su pareja de baile. "Y uno no sabe cuántos de esos exilios de la infancia van llenando desde el principio la atmósfera del escritor", explica en "Retrato de niño estrábico con lentes", uno de los capítulos del libro en proceso de elaboración.

Supo compensar esas características físicas con la pasión por las historietas y el cine, que prepararon el camino para su encuentro con la literatura. Sergio Ramírez recuerda que ya leía en el jardín de infantes, y que sorprendió a su padre leyendo los clasificados del periódico un día que lo llevó a la capital para que viera a la vaca de la leche Klim que se reía y movía la cabeza en una vidriera. Esa afición temprana a la lectura no se encauzó hacia los libros sino hacia las historietas. En ese tiempo los niños nicaragüenses leían revistas argentinas de personajes como Patoruzito, El Fantasma o El Capitán Marvel. Este último era el preferido de Ramírez, y gracias a que su alter ego era un canillita, con él aprendió "esa palabra porteña para llamar a los voceadores". Confiesa que llegó a volverse un fanático de estas revistas, al punto que las leía con una linterna debajo de las sábanas, después que se habían apagado las luces de su casa.

"Le debo mi oficio al cine" dice, categórico, al referirse a la otra pasión de su pubertad. "A los doce años me hice operador y pasé a ser el soberano de la caseta de proyección del cine de mi tío Alberto", recuerda. Y agrega: "esa caseta de proyección, viendo las mismas películas por la ventanilla muchas veces, fue mi escuela de encuadre, de vuelta en el tiempo, de fundido, de aproximación de planos, de diálogos". Esa escuela, cuyas lecciones estaban formadas por películas mexicanas pero también por grandes filmes como Rashomon de Kurosawa o El Séptimo Sello de Bergman, fue la que le dio las herramientas para construir su libro Margarita está linda la mar como una secuencia que toma en cuenta distintas épocas y distintos espacios, aunque eso –reconoce- "sólo el cine puede lograrlo".

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en el suplemento El País Cultural, de Montevideo - 29 de setiembre de 2000)

==Segunda parte de cinco

* 1- Retrato de escritor con vicepresidencia
* 2- Niño estrábico con lentes.
* 3- La música, los libros y la risa .
* 4- La margarita.
* 5- FSLN: Amargura e inocencia.

Etiquetas: ,