El oso y el dragón
El acuerdo militar y estratégico entre Rusia y China firmado el viernes pasado se sumó a la presencia en la reunión del G-8 del presidente chino, Hu Jintao, y a la postura del “grupo de Shangai” contraria a las bases estadounidenses en Asia Central, dando forma a un conjunto de señales que fortalecen un polo de poder que desafía la hegemonía de Estados Unidos.
El Diario del Pueblo, que refleja la línea oficial de Pekín, destacó que la asociación estratégica entre China y Rusia ingresó “en una nueva era de desarrollo, caracterizada por un alto nivel de confianza política mutua”. Por el contrario, The Moscow Times tituló “Hu se fue con las manos vacías”, en referencia al fracaso del mandatario chino en obtener un compromiso firme de su colega ruso, Vladimir Putin, que le permitiera incrementar el abastecimiento de petróleo procedente de Rusia. Un punto de equilibrio entre el enfoque de ambas crónicas puede obtenerse a través de los análisis aparecidos en India y México, países en los que se sigue con particular atención el paulatino crecimiento de la influencia china en el tablero global.
Para Sudhir Chada, del India Daily, el principal componente de esta “nuera era” sinorusa debe buscarse en los acuerdos militares que se concretarán a mediados de este mes con una reunión de alto nivel entre generales de ambos ejércitos; luego, en agosto, se realizarán dos maniobras militares en territorio chino cuyos detalles todavía se desconocen. En tanto, un análisis de Alfredo Jalife publicado en la edición dominical de La Jornada situó geográficamente la frustración a que aludía el diario moscovita. “Moscú no suelta su carta maestra –escribe Jalife– el petróleo de Angarsk (Siberia), junto al lago Baikal, y bascula en conectarlo, ya sea a la terminal de Daiqing, que abastecería a China con 30 por ciento de sus importaciones, ya sea al proyecto alterno nipón, que lo vincularía al puerto de Najodka, desde donde sería transportado a Japón y a otros mercados (China y Surcorea)”.
==Primera parte de cinco
* 2- Angarsk
* 3- Nuevo orden
* 4- El noveno de los ocho
* 5- Asia Central
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en julio de 2005)
El Diario del Pueblo, que refleja la línea oficial de Pekín, destacó que la asociación estratégica entre China y Rusia ingresó “en una nueva era de desarrollo, caracterizada por un alto nivel de confianza política mutua”. Por el contrario, The Moscow Times tituló “Hu se fue con las manos vacías”, en referencia al fracaso del mandatario chino en obtener un compromiso firme de su colega ruso, Vladimir Putin, que le permitiera incrementar el abastecimiento de petróleo procedente de Rusia. Un punto de equilibrio entre el enfoque de ambas crónicas puede obtenerse a través de los análisis aparecidos en India y México, países en los que se sigue con particular atención el paulatino crecimiento de la influencia china en el tablero global.
Para Sudhir Chada, del India Daily, el principal componente de esta “nuera era” sinorusa debe buscarse en los acuerdos militares que se concretarán a mediados de este mes con una reunión de alto nivel entre generales de ambos ejércitos; luego, en agosto, se realizarán dos maniobras militares en territorio chino cuyos detalles todavía se desconocen. En tanto, un análisis de Alfredo Jalife publicado en la edición dominical de La Jornada situó geográficamente la frustración a que aludía el diario moscovita. “Moscú no suelta su carta maestra –escribe Jalife– el petróleo de Angarsk (Siberia), junto al lago Baikal, y bascula en conectarlo, ya sea a la terminal de Daiqing, que abastecería a China con 30 por ciento de sus importaciones, ya sea al proyecto alterno nipón, que lo vincularía al puerto de Najodka, desde donde sería transportado a Japón y a otros mercados (China y Surcorea)”.
==Primera parte de cinco
* 2- Angarsk
* 3- Nuevo orden
* 4- El noveno de los ocho
* 5- Asia Central
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en julio de 2005)
Etiquetas: China 2000/2005, Rusia, Rusia 2000/2005
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