El regreso a la línea dura
Las primeras palabras de Mahmoud Ahmadinejad (foto) como presidente electo iraní no deben de haber tranquilizado a Washington. “En su camino hacia el progreso y el desarrollo, Irán no tiene verdadera necesidad de Estados Unidos”, aseguró. Mientras tanto, el mandatario saliente, Mohammad Khatami, se pronunció a favor de un Islam que respete las libertades civiles y reconozca los derechos de la mujer.
La prensa occidental se apresuró a destacar que el discurso del ultraconservador Ahmadinejad, quien durante la campaña electoral fuera acusado por sus rivales de fascista, fue sorpresivamente moderado y conciliador. En Irán, sin embargo, no faltaron los titulares que rescataron el fragmento del discurso en el que el nuevo presidente reafirmaba su previsible distancia con Estados Unidos. Otro de los asuntos delicados, la continuidad del programa nuclear, también estuvo presente en su conferencia de prensa. Tomás Alcoverro, de La Vanguardia de España, señaló que Ahmadinejad se mostró firme en el programa nuclear del país, “un tema que lo mantiene enfrentado a los halcones de Washington”.
La pregunta que muchos analistas se plantearon después de la segunda vuelta electoral que el viernes pasado llevó al poder a este político casi desconocido fuera de fronteras (aunque debe recordarse que se trataba del alcalde de Teherán, capital del país) fue la causa de este viraje de 180 grados de un electorado que decidió darle la espalda a los reformistas. Algunas opiniones ponían el acento en la incapacidad de Khatami de concretar las reformas prometidas, otros en el sistema teocrático que bloquea cualquier iniciativa que vaya en contra del clero conservador, y tampoco faltó quien -tal vez con un exceso de imaginación- hablara de fraude. Otros, por su parte, recordaron la célebre frase atribuida al ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton: “es la economía, imbécil”.
==Primera parte de tres
* 2- Khamenei
* 3- Katami
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en junio de 2005)
La prensa occidental se apresuró a destacar que el discurso del ultraconservador Ahmadinejad, quien durante la campaña electoral fuera acusado por sus rivales de fascista, fue sorpresivamente moderado y conciliador. En Irán, sin embargo, no faltaron los titulares que rescataron el fragmento del discurso en el que el nuevo presidente reafirmaba su previsible distancia con Estados Unidos. Otro de los asuntos delicados, la continuidad del programa nuclear, también estuvo presente en su conferencia de prensa. Tomás Alcoverro, de La Vanguardia de España, señaló que Ahmadinejad se mostró firme en el programa nuclear del país, “un tema que lo mantiene enfrentado a los halcones de Washington”.
La pregunta que muchos analistas se plantearon después de la segunda vuelta electoral que el viernes pasado llevó al poder a este político casi desconocido fuera de fronteras (aunque debe recordarse que se trataba del alcalde de Teherán, capital del país) fue la causa de este viraje de 180 grados de un electorado que decidió darle la espalda a los reformistas. Algunas opiniones ponían el acento en la incapacidad de Khatami de concretar las reformas prometidas, otros en el sistema teocrático que bloquea cualquier iniciativa que vaya en contra del clero conservador, y tampoco faltó quien -tal vez con un exceso de imaginación- hablara de fraude. Otros, por su parte, recordaron la célebre frase atribuida al ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton: “es la economía, imbécil”.
==Primera parte de tres
* 2- Khamenei
* 3- Katami
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en junio de 2005)
Etiquetas: EEUU 2004/2005, Estados Unidos, Irán, Irán 2002/2005, Política y elecciones
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