10 junio 2005

Khamenei

El verdadero triunfador, el líder espiritual de la República Islámica, Ayatollah Seyyed Ali Khamenei (foto), dio su propia interpretación de la victoria de su favorito: “el pueblo de Irán estaba sediento de justicia y verdad”. Ahora que están las cartas a la vista parece claro que Khamenei confiaba en su instinto (o en las informaciones que recibía del entramado clerical) acerca del estado de ánimo de la ciudadanía y por eso permitió, a último momento, que se presentaran las candidaturas de los sectores reformistas. No quería que ocurriera lo mismo que en las elecciones parlamentarias en las que la proscripción de los postulantes cercanos a Khatami empañó la victoria de los conservadores.

Dirigiéndose al pueblo iraní el ayatollah no pudo ocultar su satisfacción. "Tus enemigos fueron humillados por tu magnífica presencia, pero ellos no quieren admitirlo", por lo que llamó a mantenerse alerta ante las futuras amenazas, de acuerdo con declaraciones reproducidas por el Iran Daily. Sin embargo, los seguidores del reformista Khatami afirman, según la BBC, que su énfasis en la libertad de expresión y la democratización del país cambió para siempre la mentalidad política de la sociedad iraní y que esto no puede ser revertido. En todo caso, el llamamiento a recuprerar la épica que hicieron tanto Ahmadinejad como Khamenei, recuerdan el sentimiento mesiánico que el Premio Nobel de Literatura V.S. Naipaul palpó en Irán a seis meses de la revolución de 1979.

En su libro Entre los creyentes, Naipaul ejemplificó este estado de ánimo citando al ayatollah Taleqani, uno de los cofrades del ayattolah Khomeini (guía espiritual de aquellas primeras horas de la teocracia iraní). “El mismo Profeta –estaba diciendo el ayatollah Taleqani- debe haber tenido en mente la revolución raní cuando dijo que los persas, descendientes de Salman-e-Farsi, serían ‘los pioneros del Islam en una época en que el mundo se habría desviado de la fe”. La búsqueda de recuperar esa mística fundamentalista (que las reformas democráticas de Khatami se demostraron incapaces de compensar) puede haber estado en las motivaciones de los 17 millones de iraníes chiitas que, contra la opinión de 10 millones de sus compatriotas, le dieron el poder a Mahmoud Ahmadinejad, un joven veterano de la Revolución del 79. No debe extrañar entonces que una de las primeras acciones del mandatario electo haya sido visitar la tumba de Khomeini.

==Segunda parte de tres

* 1- El regreso a la línea dura
* 3- Khatami

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en junio de 2005)

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