El buen entendedor
La vieja máxima lo asegura. A buen entendedor pocas palabras. A juzgar por la reciente movida del Secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, ese país parecería estar mejorando su capacidad de comprender. Para lo que es habitual en la política exterior de Washington fueron necesarias muy pocas palabras para que Rumsfeld entendiera que debe ponerle fecha a la retirada de sus bases militares en Asia Central. Tal vez haya ayudado el hecho de quién fue que pronunció esas pocas palabras: el Grupo de Shangai, integrado por China, Rusia y varias repúblicas ex soviéticas.
En un artículo publicado por Brecha en la edición del 8 de julio, sobre la alianza estratégica que rusos y chinos habían comenzado a profundizar, se incluía información sobre cómo ambas potencias estaban tratando de neutralizar la presencia estadounidense en su zona de influencia geopolítica. Intención que el 6 de julio habían canalizado mediante la declaración final de la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shangai, OCS, (integrada por Rusia, China, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán). Ese documento reclamaba que “teniendo en cuenta que la fase activa de la operación antiterrorista en Afganistán ha concluido, los miembros de la OCS consideran necesario que los correspondientes países de la coalición (que lidera Estados Unidos) se definan sobre los plazos finales del uso provisional de las citadas infraestructuras y de su presencia militar” en países de la OCS.
La primera reacción estadounidense, a través del portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, fue quitarle entidad al tema y asegurar que el acantonamiento de sus tropas en estos países “está determinada por los términos de nuestros acuerdos bilaterales”. Sólo debieron transcurrir dos semanas para que esa seguridad fuera cambiada por una visita de primer nivel a Kirguizistán. Allí Donald Rumsfeld, antes de que termine julio, fijará una fecha para la retirada de la base militar estadounidense que desde 2001 está establecida en ese territorio.
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en julio de 2005)
En un artículo publicado por Brecha en la edición del 8 de julio, sobre la alianza estratégica que rusos y chinos habían comenzado a profundizar, se incluía información sobre cómo ambas potencias estaban tratando de neutralizar la presencia estadounidense en su zona de influencia geopolítica. Intención que el 6 de julio habían canalizado mediante la declaración final de la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shangai, OCS, (integrada por Rusia, China, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán). Ese documento reclamaba que “teniendo en cuenta que la fase activa de la operación antiterrorista en Afganistán ha concluido, los miembros de la OCS consideran necesario que los correspondientes países de la coalición (que lidera Estados Unidos) se definan sobre los plazos finales del uso provisional de las citadas infraestructuras y de su presencia militar” en países de la OCS.
La primera reacción estadounidense, a través del portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, fue quitarle entidad al tema y asegurar que el acantonamiento de sus tropas en estos países “está determinada por los términos de nuestros acuerdos bilaterales”. Sólo debieron transcurrir dos semanas para que esa seguridad fuera cambiada por una visita de primer nivel a Kirguizistán. Allí Donald Rumsfeld, antes de que termine julio, fijará una fecha para la retirada de la base militar estadounidense que desde 2001 está establecida en ese territorio.
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en julio de 2005)
Etiquetas: Asia Central, China 2000/2005, exURSS, exURSS 2000/05, Kazajistán, Kirguizistán, Rusia, Rusia 2000/2005, Tayikistán, Uzbekistán
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