Sertao, 1910
El título original de la película de Salles es la traducción literal de la novela de Kadaré, Abril Despedaçado, aunque a Montevideo llegó como Detrás del sol, debido a la versión internacional del filme: Behind the sun. La historia trata sobre las venganzas de sangre entre dos clanes del sertao brasileño de principios del siglo pasado, los Ferreira y los Breves, eligiendo el punto de vista de dos hermanos de esta última familia, la más pobre, uno de los cuales debe cargar sobre sus hombros el peso de la vendetta.
Tal como se asegura en las notas de producción, el director tomó muy en cuenta para su película otro libro, este escrito en Brasil en los años ’40: Lutas de Família no Brasil, de Luiz Aguiar Costa Pinto. Analizando algunos enfrentamientos interclánicos paradigmáticos del Brasil de comienzos del siglo pasado, como el ocurrido entre las familias Pires y Camargo, en San Pablo, o el que enfrentó a las familias Feitosa y Montes, en Ceará, el libro de Costa Pinto hace una radiografía de un código que en algo se parece al albanés, aunque está menos estructurado y parece carecer de la honda raíz histórica de su antecedente balcánico. Más que una opción ancestral, las “luchas de familia” brasileñas aparentan ser una reacción de los habitantes de las zonas campesinas ante la ausencia de una autoridad legal capaz de impartir justicia.
Comparando el libro de Kadaré y el de Costa Pinto, las venganzas de sangre balcánica y sudamericana coinciden en aspectos centrales, tales como el convencimiento de que si no se venga la muerte, la desgracia recaerá no sólo en el dorera, para usar un término albanés, sino sobre el clan en su conjunto. Más allá de estos aspectos normativos, que por otra parte parecen bastante lógicos en el caso de un código de honor, lo que más asombra son algunas similitudes rituales que se producen a pesar de las indudables diferencias culturales entre los habitantes del sertao brasileño y los del Rrafish albanés. En este aspecto, el principal punto de contacto es el alto valor simbólico que se le otorga a la ropa que la víctima vestía en el momento de su muerte. Escribe Costa Pinto: “si es una lucha de sangre entre familias, exhiben las ropas ensangentadas del difunto, viven en luto permanente, permanecen en su casa lamentando noche y día la muerte de su pariente y recordando exageradamente sus cualidades. Así se alimentan la nostalgia, el remordimiento y el deseo de venganza”.
Una afirmación que adquiere su correlato en la novela de Kadaré: “Decían que cuando las manchas de sangre de la camisa comenzaban a amarillear era signo evidente de que el muerto se inquietaba por no haber sido aún vengado (...) Las estaciones frías o cálidas influirían sobre el color de la sangre seca, la clase de tejido también, pero a nadie le importaría nada de eso, y cualquier transformación sería interpretada únicamente como un misterioso mensaje, que nadie se atrevería a poner en duda”. Las camisas ensangrentadas, según averiguó el propio Salles a sugerencia de Kadaré, aparecen ya en la Orestíada de Esquilo y fueron utilizadas por los habitantes de Creta como elementos fundamentales para la comunicación con aquellos que hubieran sido asesinados. Por lo tanto tenían un valor fundamental en la venganza de sangre desde los tiempos de la Grecia clásica.
==Sexta parte de nueve
* 1- El ciclo de hierro de la venganza de sangre
* 2- Praga, 2000
* 3- Belgrado, 2001
* 4- Tirana, 1978
* 5- Cumbres malditas
* 7- Iliria, 1300 AC
* 8- Austro-Hungría, 1816
* 9- La palabra empeñada
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en noviembre de 2002)
Tal como se asegura en las notas de producción, el director tomó muy en cuenta para su película otro libro, este escrito en Brasil en los años ’40: Lutas de Família no Brasil, de Luiz Aguiar Costa Pinto. Analizando algunos enfrentamientos interclánicos paradigmáticos del Brasil de comienzos del siglo pasado, como el ocurrido entre las familias Pires y Camargo, en San Pablo, o el que enfrentó a las familias Feitosa y Montes, en Ceará, el libro de Costa Pinto hace una radiografía de un código que en algo se parece al albanés, aunque está menos estructurado y parece carecer de la honda raíz histórica de su antecedente balcánico. Más que una opción ancestral, las “luchas de familia” brasileñas aparentan ser una reacción de los habitantes de las zonas campesinas ante la ausencia de una autoridad legal capaz de impartir justicia.
Comparando el libro de Kadaré y el de Costa Pinto, las venganzas de sangre balcánica y sudamericana coinciden en aspectos centrales, tales como el convencimiento de que si no se venga la muerte, la desgracia recaerá no sólo en el dorera, para usar un término albanés, sino sobre el clan en su conjunto. Más allá de estos aspectos normativos, que por otra parte parecen bastante lógicos en el caso de un código de honor, lo que más asombra son algunas similitudes rituales que se producen a pesar de las indudables diferencias culturales entre los habitantes del sertao brasileño y los del Rrafish albanés. En este aspecto, el principal punto de contacto es el alto valor simbólico que se le otorga a la ropa que la víctima vestía en el momento de su muerte. Escribe Costa Pinto: “si es una lucha de sangre entre familias, exhiben las ropas ensangentadas del difunto, viven en luto permanente, permanecen en su casa lamentando noche y día la muerte de su pariente y recordando exageradamente sus cualidades. Así se alimentan la nostalgia, el remordimiento y el deseo de venganza”.
Una afirmación que adquiere su correlato en la novela de Kadaré: “Decían que cuando las manchas de sangre de la camisa comenzaban a amarillear era signo evidente de que el muerto se inquietaba por no haber sido aún vengado (...) Las estaciones frías o cálidas influirían sobre el color de la sangre seca, la clase de tejido también, pero a nadie le importaría nada de eso, y cualquier transformación sería interpretada únicamente como un misterioso mensaje, que nadie se atrevería a poner en duda”. Las camisas ensangrentadas, según averiguó el propio Salles a sugerencia de Kadaré, aparecen ya en la Orestíada de Esquilo y fueron utilizadas por los habitantes de Creta como elementos fundamentales para la comunicación con aquellos que hubieran sido asesinados. Por lo tanto tenían un valor fundamental en la venganza de sangre desde los tiempos de la Grecia clásica.
==Sexta parte de nueve
* 1- El ciclo de hierro de la venganza de sangre
* 2- Praga, 2000
* 3- Belgrado, 2001
* 4- Tirana, 1978
* 5- Cumbres malditas
* 7- Iliria, 1300 AC
* 8- Austro-Hungría, 1816
* 9- La palabra empeñada
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en noviembre de 2002)
Etiquetas: AmLatina 2000/2005, Balcanes, Brasil
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