22 noviembre 2002

Cumbres malditas

La novela de Kadaré, además de seguir la historia de Gjorg y dar abundante información sobre las distintas soluciones que los intérpretes del Kanun encuentran para situaciones imprevistas, grafica este destino trágico de los Berisha y los Kryeqyqe a través del punto de vista de una siniestra aristocracia montañesa, los “guardianes de la sangre” de la Casa de Orosh. Un príncipe y una burocracia que conforman uno de esos cuadros kafkianos a los que Kadaré es tan afecto (y de los que extrajo los mejores frutos en la que tal vez sea su mejor novela, El Palacio de los sueños), que tienen la tarea de controlar que nunca deje de fluir la sangre: “Sabía que el mecanismo de la muerte se encontraba allí, erigido en tiempos inmemoriales, como un molino antiquísimo que molía día y noche y cuyos secretos él, el intendente de la sangre, conocía mejor que nadie”.

Paralelamente al vagar de Gjorg por los caminos del Rrafsh (las “cumbres malditas” en las que está en vigor el Kanun) en dirección a la kulla de Orosh para pagar la tasa de sangre, una suerte de tributo que legaliza el crimen de honor, Kadaré sitúa otros personajes, un escritor de la capital que arrastra a su joven esposa camino a Orosh, para vivir una suerte de viaje de bodas dictado por una fascinación de salón que le despierta el modus vivendi de los montañeses. De las historias con las que el escritor intenta entusiasmar a su apática mujer –y con las que arriesga perderla para siempre una vez que el misterio del Rrafsh también la seduzca a ella- se vale Kadaré para vehiculizar el costado antropológico de su libro sin que pierda su vigor narrativo.

==Quinta parte de nueve

* 1- El ciclo de hierro de la venganza de sangre
* 2- Praga, 2000
* 3- Belgrado, 2001
* 4- Tirana, 1978
* 6- Sertao, 1910
* 7- Iliria, 1300 AC
* 8- Austro-Hungría, 1816
* 9- La palabra empeñada

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en noviembre de 2002)

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