22 noviembre 2002

La palabra empeñada

Como en todo código de honor, el albanés da un valor especial a la palabra empeñada, la llamada besa. En Abril quebrado hay una referencia lateral al momento en que, según la tradición, las disposiciones del Kanun comenzaron a tomar forma: “Y ésta es una vieja historia que comenzó con Kostandin , el hermano muerto que se levantó de la tumba para proclamar otro derecho. Fue en ese momento, con aquella nueva ley, la besa, cuando se inició todo”.

Kadaré tiene una novela, El viaje nupcial, en la que se concentra en ese episodio. Para darle más verosimilitud al relato fantástico, lo narra como una historia policial, desde la perspectiva de un comisario de policía de una vieja Arbería inmmemorial. Una muchacha que estaba casada en las lejanas tierras de Bohemia ha regresado inexplicablemente a su casa en Albania, ella y su madre mueren poco después, aparentemente a causa de la conmoción del reencuentro. La única pista de que dispone el capitán Stres es el rumor de que la joven ha sido traída a casa por uno de sus hermanos, quien había muerto tiempo atrás. Comienza entonces una investigación en la que intenta encontrar una explicación racional al fenómeno, y su primer hipótesis es que la mujer huyó con un amante, inventando la historia sobrenatural para evitar la sanción de los suyos y lograr que éstos la defiendan cuando la familia de su marido venga a buscarla.

Poco a poco el capitán Stres va convenciendose de su equivocación. Lo que tiene delante de sí es el nacimiento de la base moral del Kanun. Konstandin había prometido a su madre que iría a buscar a su hermana para traerla a casa, y ni siquiera la muerte pudo evitar que cumpliera ese compromiso. El valor de la palabra empeñada en oposición al derecho positivo y como piedra fundacional de un derecho basado en la costumbre. Uno de sus ayudantes le dice al capitán Stres que Konstandin, el hermano que se levantó de la tumba para no quebrar una promesa, “estaba contra las leyes, las instituciones, los decretos, las prisiones, la policía y los tribunales. Decía: todo eso son leyes coercitivas que se descargan sobre los hombres desde el exterior, como el pedrisco, por eso deben desaparecer y ser sustituidas por otras, internas, de las que se dote el hombre mismo”.

Ese nuevo orden jurídico, esencialmente oral hasta ser recogido por el Kanun, daría origen a otras instituciones, “invisibles, inmanentes, sombrías y trágicas”, las que “se establecerían en el interior del hombre, no como un sentimiento de culpa o algo parecido, sino como algo bien delimitado, una idea, una convicción, una norma aceptada y conocida por todos, pero cumplida según la voluntad de cada cual. Algo interiorizado por cada hombre, pero no secreto, sino conocido de todos como si el pecho del hombre fuese transparente y sus penas, tragedias, determinaciones o vacilaciones, su grandeza o su miseria, pudieran ser contempladas por todo el mundo. Así deberían ser las claves sobre las que se asentara dicho régimen. Y la besa sería una de ellas, quizá la más importante”.

Referencias

-Dérens et Samary. Les conflits Yougoslaves. Les editions de l’atelier. Paris, 2000.
-Kadaré, Ismail. Abril Quebrado. Alianza. Madrid, 2001.
-Kadaré, Ismail. El expediente H. Anaya. Madrid, 1993.
-Kadaré, Ismail. El viaje nupcial. Ediciones B. Bilbao, 1990.

==Novena parte de nueve

* 1- El ciclo de hierro de la venganza de sangre
* 2- Praga, 2000
* 3- Belgrado, 2001
* 4- Tirana, 1978
* 5- Cumbres malditas
* 6- Sertao, 1910
* 7- Iliria, 1300 AC
* 8- Austro-Hungría, 1816

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en noviembre de 2002)

Etiquetas: ,