15 julio 2004

Monasterios del sur: el alma de serbia (I)


No es fácil llegar a los monasterios medievales serbios. Los más bellos, como el de Gracanica, se encuentran cercados en la provincia de Kosovo, hoy bajo administración de Naciones Unidas pero controlada en los hechos por la población de origen albanés. El más sureño de aquellos a los que se puede tener acceso es Sopocani, aunque probablemente recién sea en Studenica, en el centro de Serbia, donde pueda visitarse con cierta tranquilidad una de esas joyas del arte que iluminó los siglos previos al Renacimiento. Cerca de Belgrado, el complejo monacal de Manasija puede dar una idea aproximada de la belleza que encierran los monasterios que la guerra ha ido alejando de los visitantes.
En el siglo XII, en la actual Sandjak –hoy enclave musulmán dentro de la Serbia moderna, lo que no es la única paradoja de los Balcanes- se originó un reino serbio cristiano que doscientos años más tarde dominaba los actuales Sandjak, Kosovo y Macedonia. El creador fue un jefe tribal llamado Stefan Nemanja, padre de San Saba, una figura clave de la religión ortodoxa, ya que fue quien obtuvo en 1219 la autocefalía de la iglesia serbia. Luego el rey Milutin acercaría el esplendor del reino serbio al espejo en el que siempre se habían mirado estos príncipes eslavos: el Imperio Bizantino. Para probarlo, Milutin no sólo financió la construcción de iglesias en Serbia sino también en Constantinopla y en la propia Jerusalén. Y para que no tuviera necesidad de recurrir a las armas para seguir probándolo, el emperador bizantino le dio a su hija en matrimonio como prueba de alianza y amistad.
Pero quien llevó el reino serbio a su máximo esplendor fue el príncipe Dushan, que en 1345 fue coronado en Skopje, actual capital de Macedonia, como “Emperador de los Serbios, los Griegos y los Albaneses”. Su título y sus tierras conquistadas sirven de base territorial al mapa imaginario de la Gran Serbia que construyeron los nacionalistas serbios modernos. Significativamente el nombre Dushan deriva de la palabra dusha, que puede traducirse como alma. Dushan era, al igual que varios de los reyes medievales serbios, un príncipe sagrado, ya que se trataba de una nobleza que luego de su muerte tenía casi asegurada la canonización por el cristianismo ortodoxo y su pasaje a la iconografía de los monasterios en los que coexistían, en frescos y mosaicos, con Jesús, Juan el Bautista, los apóstoles y la Virgen María.

Gobernantes sagrados

Los muros interiores de los monasterios serbios ortodoxos, igual que los bizantinos, están literalmento cubiertos de estas imágenes que reafirman el carácter sagrado de sus gobernantes. En el monasterio de Studenica, del siglo XIV, se ve al rey Milutin, también rodeado por el halo sagrado, ofrendando a su dios una maqueta de una iglesia que él mandó a construir. O en el monasterio de Gracanica, donde un fresco de 1312 muestra a la mujer de Milutin, la reina Simonida, siendo coronada por un ángel. Es la expresión más palpable de la idea de la monarquía por derecho divino, que no sólo está en los códigos sino también, y sobre todo, en esos abigarrados códices que son los monasterios ortodoxos y sus frescos que responden a una calculada y precisa iconografía. Si son sagrados los gobernantes también es sagrada la lucha que se emprende para hacer triunfar a la cristiandad por sobre sus enemigos terrenales y espirituales, en general identificados con los musulmanes, pero que también llegó a abarcar a los católicos romanos o a los paganos de diversa índole. Los monasterios reflejan esa posición con las habituales figuras de 'guerreros sagrados'. Barbados caballeros en armadura, de rostro enjuto, portadores de lanzas o espadas y rodeados, también ellos, por el halo de la santidad. Son los representantes en la tierra de las fuerzas con las que, de acuerdo a la tradición bíblica, el dios de los cristianos enfrentará al Anticristo en la batalla final por el control del Universo.

==Primera parte de dos. Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en junio de 2004

* 1- El alma de serbia
* 2- Un rostro para un rey.

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