10 noviembre 2006

Nicaragua 2006: el regreso

El triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en las elecciones de Nicaragua del pasado domingo, devolvió a Daniel Ortega la presidencia del país. Luego de un trabajoso ajuste de piezas, que incluyó el polémico abrazo con la jerarquía católica (apoyando la penalización del aborto) y con la derecha popular (llevando a uno de sus referentes como candidato a la vicepresidencia), Daniel Ortega logró cambiar la Constitución para que el voto sandinista cautivo fuera suficiente para lograr el premio mayor. La pregunta, sin embargo, es cómo este polémico líder logró mantener de su lado la voluntad de la tercera parte de los nicaragüenses.

Todos cruzaban apuestas. Las elecciones de 1996 estaban cerca y Daniel Ortega, que seis años antes había perdido la presidencia con Violeta Chamorro, estaba inmerso en una larga gira para recuperar el gobierno. La consigna era visitar cada municipio del país, a veces generando pequeños actos y a veces logrando entradas apoteósicas en las ciudades que eran bastiones sandinistas. Pero las apuestas no se referían a la suerte de los partidos en las urnas. Las apuestas estaban dirigidas a si Ortega incluiría en su gira los pueblos fronterizos en los que la “contra” tenía su base social. Hacía apenas un lustro que la guerra había terminado. Pero en los hechos las armas no se habían acallado por completo. Las estadísticas decían que cada día moría una persona por ajustes de cuentas políticos entre viejos enemigos. La “contra” había sido un ejército irregular financiado por Estados Unidos, inicialmente formado por ex militares somocistas, pero que con el tiempo había logrado atraer a muchos campesinos desconformes con las políticas sandinistas. Ahora, desmovilizados por los acuerdos que llevaron a las elecciones de 1990, los ex contras languidecían en empobrecidos caseríos ante la imposibilidad real o la falta de voluntad política del gobierno liberal-conservador de Chamorro de cumplir los planes de reinserción.

Los que conocían el carácter de Ortega ganaron su apuesta. Quien era la encarnación del mal para los campesinos que habían formado la contra, estaba entrando ahora en las polvorientas calles de sus poblaciones, en una camioneta doble tracción, acompañado apenas de cinco personas. Ese segmento de la gira, desaconsejado por varios de sus colaboradores, le permitió sellar un pacto inverosímil. La estructura política de la contra, el Partido de la Resistencia, llamó a votar por Ortega.

==Primera parte de cuatro

* 2- Lógica cautiva
* 3- ¿Heracles o Borgia?
* 4- Aritmética política

(Publicado en Brecha el 15 de setiembre de 2006)

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