La persistencia de lo simbólico

Tan importante resultaba ese edificio como encarnación del matrimonio de lo terrenal con lo celestial, que luego de tomada la ciudad en 1453, los conquistadores turcos intentaron “exorcizarla” agregándole cuatro minaretes y convirtiéndola en mezquita colocando en su interior dos enormes medallones con los nombre de Alá y de Mahoma. Con el advenimiento de la Turquía moderna, los planes de secularización impulsados por Attaturk eliminaron su carácter de mezquita y la transformaron en museo en 1935. Pese a su nuevo “ecumenismo laico”, si es permitido acuñar ese término, la iglesia de la Sagrada Sabiduría (que eso significa en griego el nombre Agia Sofía) sigue siendo una cápsula de tiempo que insinúa lo que fue Bizancio.

Hay que subir al piso superior, atravesando unas escaleras con aspecto de túneles arcaicos, para llegar a dos grupos de imágenes de la liturgia cristiana. El rostro en éxtasis de la Virgen. La despeinada cabellera de Juan el Bautista. Su belleza es tal que los otomanos, a pesar de estar embebidos del ímpetu de los conquistadores, no se atrevieron a destruirlos. Los taparon con una capa de estuco, como si supieran que la posteridad sería más generosa que su presente con esas imágenes. Es probable que al ocultar la obra maestra, estuvieran haciendo uno de los primeros actos de museística, aislando los mosaicos de su carácter religioso, y preservando su componente artístico.
Esta semana la noticia pudo pasar inadvertida, o apenas ser mencionada como un tardío efecto del “discurso de Ratisbona”, con el cual el Papa Benedicto XVI despertó la ira de una parte del mundo musulmán en setiembre de este año. Unos cincuenta islamistas que integran la formación de extrema derecha conocida como “Partido de la Gran Unión”, ocuparon el miércoles último la basílica de Santa Sofía. Lo hicieron en rechazo al arribo del pontífice católico a Turquía, previsto para este martes 28.
Al simbolizar en Santa Sofía el rechazo al Papa (algo que en sí mismo es un error teológico ya que la cristiandad ortodoxa considera herética la pretendida autoridad superior del Papa católico) están reafirmando la persistencia de la potencia simbólica de Constantinopla. A pesar de que hayan transcurrido cinco siglos y medio desde el momento de su caída.
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 24 de noviembre de 2006)
Etiquetas: Balcanes 2006/2007, Bizancio, Más balcánicas, Regreso a Bizancio, Religiones, Religiones 2005/2007, Turquía
<< Home