Agricultores vs ganaderos
Todos los documentos y análisis coinciden en situar uno de los ejes del conflicto de Ituri en la oposición entre los lendu y los hema. Un clivaje étnico que estaría fundamentado en las distintas estrategias económicas que históricamente han desarrollada cada una de las tribus. Mientras los hema han sido siempre pastores, los lendu son agricultores, lo que les ha llevado a cíclicos enfrentamientos que comienzan cuando el ganado de los unos requiere el espacio vital que viene siendo ocupado por las tierras de cultivo de los otros. No son conflictos marginales, si se toma en cuenta las grandes masas de población que involucran. Se calcula que los lendu son alrededos de dos millones de personas, casi la mitad de los cuatro millones y medio que habitan la región de Ituri. Su mayor número no ha implicado un dominio sobre los hema. Por el contrario. Las políticas coloniales belgas, que privilegiaron a los hema bajo el supuesto de que algunas tribus serían más inteligentes que otras, reafirmó un mito de tinte racista que no ha podido desterrarse del todo, y que ha llevado a los hema a ocupar los principales puestos de la administración y a perpetuar luego de la independencia el poder que ya tenían como "cercanos a los blancos".
Este odio étnico ha sido aprovechado por quienes tienen objetivos que van más allá de la supremacía de una tribu sobre la otra, y sirvió de caldo de cultivo -y cortina de humo- para intereses políticos y económicos que a lo largo de la historia reciente han venido instrumentalizando esta rivalidad entre los ancestrales habitantes de Ituri.
Según Amnistía Internacional, la fase más reciente del conflicto hema-lendu, tuvo su origen en una disputa de tierras ocurrida en junio de 1999. Durante el segundo semestre de 1999 -explica AI- unos grupos armados de la etnia hema llevaron a cabo una campaña dirigida a expulsar a los lendus de sus hogares en la región de Ituri, rica en productos minerales. A principios del 2000, el conflicto se había cobrado unas 7.000 vidas civiles y había causado el desplazamiento de más de 180.000 personas. Durante todo el curso del conflicto se recibieron informes reiterados que indicaban que las tropas ugandesas y sus aliados se habían puesto de parte de los hema y habían participado en asesinatos y otros abusos cometidos contra los lendu.
Este reavivamiento de la vieja enemistad tuvo consecuencias dantescas en la ciudad de Bunia. Según los informes recibidos por activistas pro derechos humanos, al menos 150 civiles de la etnia lendu murieron a manos de grupos armados civiles de la etnia hema que atacaron distritos de Bunia el 19 de enero de 2001. De acuerdo con Amnesty, "las víctimas, entre las que había mujeres y niños, fueron asesinadas con machetes y, en algunos casos, fueron decapitadas. Muchos cadáveres fueron arrojados a letrinas abiertas". Los asesinatos se habrían cometido como represalia por un ataque lanzado en horas de la mañana del propio 19 de enero por un grupo armado de la etnia lendu y su aliada la etnia ngiti contra posiciones militares ugandesas y zonas residenciales de la ciudad, durante el cual, según informes, los agresores lendus y ngitis mataron a unos 50 civiles hemas con lanzas y flechas o quemándolos vivos en sus casas. En ese momento se indicaba, asimismo, que al menos 60 agresores lendus y ngitis habían muerto durante el ataque, que fue repelido por las fuerzas ugandesas.
Uno de los expertos en asuntos congoleses, Onesphore Sematumba, del Pole Institute, ha señalado con amargura que la clave del drama en Ituri no es un asunto de un enfrentamiento entre una y otra comunidad, sino que "existen personas que sacan provecho de esto: los traficantes de armas, las redes mafiosas de explotación de materias preciosas que no tienen escrúpulos a la hora de delimitar su territorio, imponiendo un clima de terror para acallar a cuantos promueven o predican la paz en este far west donde los señores de la guerra, los lobbies mafiosos y los oficiales ugandeses se mueven a sus anchas". La región es rica en madera, oro, diamantes y, como siempre que hay olor a pólvora, petróleo.
==Tercera parte de ocho
* 1- Sitiados por el fantasma de un genocidio
* 2- El fantasma de Ruanda
* 4- La conexión Uganda
* 5- Asuntos de familia
* 6- Una tarea difícil
* 7- Un escándalo geológico
* 8- Mosaico de conflictos
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 16 de mayo de 2003)
Este odio étnico ha sido aprovechado por quienes tienen objetivos que van más allá de la supremacía de una tribu sobre la otra, y sirvió de caldo de cultivo -y cortina de humo- para intereses políticos y económicos que a lo largo de la historia reciente han venido instrumentalizando esta rivalidad entre los ancestrales habitantes de Ituri.
Según Amnistía Internacional, la fase más reciente del conflicto hema-lendu, tuvo su origen en una disputa de tierras ocurrida en junio de 1999. Durante el segundo semestre de 1999 -explica AI- unos grupos armados de la etnia hema llevaron a cabo una campaña dirigida a expulsar a los lendus de sus hogares en la región de Ituri, rica en productos minerales. A principios del 2000, el conflicto se había cobrado unas 7.000 vidas civiles y había causado el desplazamiento de más de 180.000 personas. Durante todo el curso del conflicto se recibieron informes reiterados que indicaban que las tropas ugandesas y sus aliados se habían puesto de parte de los hema y habían participado en asesinatos y otros abusos cometidos contra los lendu.
Este reavivamiento de la vieja enemistad tuvo consecuencias dantescas en la ciudad de Bunia. Según los informes recibidos por activistas pro derechos humanos, al menos 150 civiles de la etnia lendu murieron a manos de grupos armados civiles de la etnia hema que atacaron distritos de Bunia el 19 de enero de 2001. De acuerdo con Amnesty, "las víctimas, entre las que había mujeres y niños, fueron asesinadas con machetes y, en algunos casos, fueron decapitadas. Muchos cadáveres fueron arrojados a letrinas abiertas". Los asesinatos se habrían cometido como represalia por un ataque lanzado en horas de la mañana del propio 19 de enero por un grupo armado de la etnia lendu y su aliada la etnia ngiti contra posiciones militares ugandesas y zonas residenciales de la ciudad, durante el cual, según informes, los agresores lendus y ngitis mataron a unos 50 civiles hemas con lanzas y flechas o quemándolos vivos en sus casas. En ese momento se indicaba, asimismo, que al menos 60 agresores lendus y ngitis habían muerto durante el ataque, que fue repelido por las fuerzas ugandesas.
Uno de los expertos en asuntos congoleses, Onesphore Sematumba, del Pole Institute, ha señalado con amargura que la clave del drama en Ituri no es un asunto de un enfrentamiento entre una y otra comunidad, sino que "existen personas que sacan provecho de esto: los traficantes de armas, las redes mafiosas de explotación de materias preciosas que no tienen escrúpulos a la hora de delimitar su territorio, imponiendo un clima de terror para acallar a cuantos promueven o predican la paz en este far west donde los señores de la guerra, los lobbies mafiosos y los oficiales ugandeses se mueven a sus anchas". La región es rica en madera, oro, diamantes y, como siempre que hay olor a pólvora, petróleo.
==Tercera parte de ocho
* 1- Sitiados por el fantasma de un genocidio
* 2- El fantasma de Ruanda
* 4- La conexión Uganda
* 5- Asuntos de familia
* 6- Una tarea difícil
* 7- Un escándalo geológico
* 8- Mosaico de conflictos
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 16 de mayo de 2003)
Etiquetas: Congo
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