03 febrero 2012

Wislawa Szymborska

Era polaca. Había nacido en Kórnik en 1923. Consideraba al español, que estudió de joven, "un latín bellamente estropeado". No escribía sobre la muerte porque pensaba que eso era "una de las cosas más fáciles de hacer en poesía". Al amor lo veía como un poco menos fácil pero aseguraba que en poesía "lo más difícil es el erotismo". Su primer amor fue un amor no correspondido: el novio de su hermana cuando tenía 12 años. Pero no empezó con él lo que llamaba "la fascinación con la poesía", sino con Rilke.
Trabajó en periódicos reseñando libros con la única condición de que no fueran de literatura. Se alegró con la caída del muro del Berlín y con los primeros años de Solidaridad, cuando los disidentes "eran jóvenes y bellos", aunque luego "eso cambió y empezaron a surgir cosas desagradables". Decía que pensar a la poesía como algo por fuera de la historia y del tiempo era "una ilusión idiota". Escribió sobre la caída de las Torres Gemelas pero también sobre la mujer de Lot. Hablaba con las plantas y le gustaba tomar una copa de coñac cuando quería celebrar algo, aunque estuviera sola. En 1996 recibió el premio Nobel de literatura. Después de eso toda su obra se tradujo al castellano. Tenía en gran estima a sus traductores y no perdía ocasión de decir que de ellos dependía la suerte de un poeta en lengua extranjera. Murió este miércoles 1, en Cracovia, donde vivía desde los 8 años

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 3 de febrero de 2012. Para la presentación de la poeta se tomaron como base las entrevistas a Szymborska realizadas por Javier Rodríguez Marcos para El País de Madrid y por el zaragozano Félix Romeo para La Nación de Buenos Aires)

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