08 abril 2011

Nibia

Por RLB

Por alguna razón, seguramente por un conjunto de razones, el de Nibia era uno de esos nombres que se decían con familiaridad en la Juventud Comunista de la segunda mitad de los años ochenta. Una rara familiaridad, ya que la mayoría de los militantes no tenía cómo haberla conocido personalmente.

Pero ocurre que Nibia era la más “cercana” de aquella cadena de nombres y de rostros que estaban en afiches, volantes, pintadas, y hasta en forma de marca de agua en los carnés de afiliación. En ese santoral rojo Nibia siempre parecía estar un poco fuera de lugar. Tanto que para referirla alcanzaba con el nombre de pila. Tal vez, en parte, porque Nibia no murió en la calle por bala de la Policía sino en la tortura en un cuartel. Más sola que los otros y por eso más necesitada de esa cercanía. O tal vez, puede ser –eso ocurre–, por algo que había en su rostro y que sobrevivía incluso a esa especie de simplificación de los rasgos que se hacía para que pudieran serigrafiarse o, posmodernamente, pintarse con esténcil.

Una causa judicial que terminó procesando a Miguel Dalmao, un general en actividad, como corresponsable de su muerte, la sacó de esa “familia chica” y puso el nombre de Nibia Sabalsagaray, ahora sí con nombre y apellido, en la actualidad política. Ya se sabe, el 23 de marzo el general fue visitado por el presidente, José Mujica, en el Hospital Militar. Una de esas incomprensibles movidas del mandatario, aunque quizás con su intención de la proclamada “unidad nacional”. Como reacción, un grupo de ciudadanos buscó la forma de hacer un desagravio. Es muy posible que varios, aunque no todos, hubieran estado en aquella ujc. Tienen que habérselo tomado de manera muy personal. No eligieron un acto público en una plaza o en algún sitio emblemático como el Memorial de los Desaparecidos. El “lugar” de ese acto, que tiene su día, el viernes 15, es un grupo de Facebook (http://www.facebook.com/event.php?eid=19
8594693496537). ¿Demasiado virtual? Probablemente. ¿Pero no es ahí, en esa virtualidad, donde se desarrolla buena parte de la reflexión y la discusión política para los que tienen más de 40 años y están inmersos en sus trabajos y sus días? Imposible asegurar que sea lo mejor, pero sucede.

Por alguna razón, seguramente por un conjunto de razones, la convocatoria, que partió de las Agrupaciones 13 de Diciembre, recuerda, aunque en un tono más mesurado, más acorde a estas tierras templadas, el suelto de opinión que hizo Noel Irías en Barricada en la primera mitad de los noventa. Fue cuando el entonces alcalde de Managua, Arnoldo Alemán, quiso quitar una especie de monolito que recordaba a los jóvenes sandinistas que habían muerto peleando ante la Contra en San José de las Mulas. “No tenemos sangre de horchata”, advertía Irías. Y el gobernante supo que había cosas con las que no era bueno meterse, aunque fueran de utilidad para sus gestos políticos.

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 08-IV-2011)