05 abril 2002

El mundo árabe y sus matices (I)

El verde es el color del Islam. Pero el mundo árabe, que no es todo el Islam, muesta más de una tonalidad. La presentación del plan de paz saudí “paz por territorios”, y los juegos de tablero que le siguieron, revelaron algunos de estos matices, que forman parte de las relaciones de poder al interior de la Liga Árabe.

El plan “paz por territorios” fue anunciado por el príncipe Abdallah, heredero al trono de Arabia Saudita, días antes de la cumbre de la Liga Árabe que se desarrolló en Beirut a fines de marzo. Apenas se produjo el lanzamiento de la idea, a través de un artículo de Thomas Friedman, analista del New York Times, comenzaron a registrarse diversos apoyos a su propuesta, la que luego de una modificación aparentemente menor, fue hecha suya por tirios y troyanos. Pero ni los apoyos fueron unánimes, ni los cambios que introdujo el príncipe Abdallah en las trastiendas de la cumbre de Beirut fueron mero maquillaje.

Una de las principales dificultades para analizar las diferentes tendencias que existen en el variopinto escenario árabe en relación a temas trascendentes, como el conflicto de Medio Oriente, es la escasez de una masa crítica de análisis independientes procedentes del interior del propio mundo árabe. De ahí el éxito de la cadena Al-Jazeera, cuyo suceso no se debe solamente a la transmisión de los videos declamatorios de Osama Bin Laden, sino, fundamentalmente, a la construcción de una voz independiente dentro de un esquema de medios de comunicación que suelen estar controlados por los gobiernos; en cierta forma la independencia de Al-Jazeera nace de una lógica no occidental, ya que sólo puede alcanzarse gracias al apoyo de un gobierno, el de Qatar. Con menor proyección masiva, periódicos como Le quotidien d’Orán o Al Quds al-Arabi, también aportan su cuota de miradas críticas en un entorno que no las tiene en abundancia.

Como paliativo de esa escasez, frecuentemente es necesario recurrir a los artículos de especialistas occidentales, o atar los cabos sueltos que unen hechos aparentemente menores con ciertos giros de política internacional que, si no se establece ese vínculo, pueden verse como sorpresivos. Un ejemplo fue la visita que el presidente sirio, Bashar el Assad, realizó al Líbano el domingo tres de marzo. Una mínima referencia a los aspectos protocolares de un encuentro entre dos jefes de estado pudo ser leída, días más tarde, como la explicación de la trayectoria que llevó a la principal modificación que sufrió el plan de paz saudita que intentaba resolver la crisis palestino-israelí.

==Primera parte de cuatro

* 2- El factor sirio-libanés
* 3- El plan de paz saudí
* 4- Dos miradas sobre Oriente Medio

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en abril de 2002)

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