Multiculturalismo (II)
A favor y en contra
Las reacciones fueron furibundas. El Partido Socialista Obrero Español pidió el “cese fulminante” del funcionario, aclarando que no lo hacía por sus opiniones sino por su incompetencia. El portavoz parlamentario de Izquierda Unida, Felipe Alcaraz, dijo que la lógica de Azurmendi partía de “una España católica, blanca y heterosexual, cuando la España real es católica, budista, mahometana, blanca, negra, gitana, homosexual, bisexual y heterosexual”. También fueron duros los calificativos en su contra pronunciados por varias organizaciones no gubernamentales y sindicatos. Pero no todo fueron críticas. El Defensor del Pueblo lo apoyó, en tanto que la Red de Organizaciones Feministas contra la Violencia de Género sostuvo su posición tradicional de no aceptar como válidas pautas culturales de discriminación contra la mujer.
Las caras de este debate que se pudieron ver por la televisión satelital, confirmaron que los temas de género son el principal argumento de quienes critican la multiculturalidad. Era imposible no ver un intento de terciar en el debate, en el informe relativamente largo que, sin excusa de actualidad, emitió la semana pasada el informativo central de Televisión Española, denunciando una práctica habitual en ciertas comunidades de Bangladesh, por la cual novios despechados queman con ácido el rostro de las jóvenes que rechazan sus propuestas matrimoniales.
Una semana más tarde, en un programa de la televisión vasca llamado, acertadamente, “Políticamente incorrecto”, se encontraron un líder musulmán, una dirigente feminista, y un parlamentario del Partido Nacionalista Vasco. Mientras este último defendía el multiculturalismo acotando que ante cualquier violencia, de género o de abuso contra los niños, estaba la ley para castigar a los culpables, la militante feminista negaba la pertinencia de considerar en un plano de igualdad a una cultura democrática que respeta la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con otras que aceptan, por ejemplo, la mutilación del clítoris para desterrar la posibilidad de que la mujer conozca el placer sexual.
==Segunda parte de cuatro
* 1- El Multiculturalismo cuestionado (I)
* 3- Multiculturalismo (III) El factor educación
* 4- Multiculturalismo (IV) Insumos para el análisis
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en marzo de 2002)
Las caras de este debate que se pudieron ver por la televisión satelital, confirmaron que los temas de género son el principal argumento de quienes critican la multiculturalidad. Era imposible no ver un intento de terciar en el debate, en el informe relativamente largo que, sin excusa de actualidad, emitió la semana pasada el informativo central de Televisión Española, denunciando una práctica habitual en ciertas comunidades de Bangladesh, por la cual novios despechados queman con ácido el rostro de las jóvenes que rechazan sus propuestas matrimoniales.
Una semana más tarde, en un programa de la televisión vasca llamado, acertadamente, “Políticamente incorrecto”, se encontraron un líder musulmán, una dirigente feminista, y un parlamentario del Partido Nacionalista Vasco. Mientras este último defendía el multiculturalismo acotando que ante cualquier violencia, de género o de abuso contra los niños, estaba la ley para castigar a los culpables, la militante feminista negaba la pertinencia de considerar en un plano de igualdad a una cultura democrática que respeta la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con otras que aceptan, por ejemplo, la mutilación del clítoris para desterrar la posibilidad de que la mujer conozca el placer sexual.
==Segunda parte de cuatro
* 1- El Multiculturalismo cuestionado (I)
* 3- Multiculturalismo (III) El factor educación
* 4- Multiculturalismo (IV) Insumos para el análisis
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en marzo de 2002)
Etiquetas: Migraciones
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