Los talibán

Dice Ahmed Rashid en el número de junio de 2001 de la revista Mundo Islámico: “los talibán no eran ni islamisistas radicales, ni sufíes místicos, ni tradicionalistas. No encajaban en ningún lugar del espectro de ideas y movimientos que surgieron en Afganistán entre 1979 y 1994. No representaban a nadie más que a sí mismos y no reconocían más Islam que el suyo propio”.

Esto incluía un brutal apartheid en contra de la mujer, la reinstalación de la lapidación como castigo para algunos delitos, la demolición de centenarias estatuas de Buda, la obligación para la comunidad hindú de usar distintivos como los que los nazis colocaban a los judíos durante los meses previos al genocidio, y el apoyo a guerrillas fundamentalistas que operan en Asia Central. Los talibanes, además, son quienes dan refugio a Osama Bin Laden, prófugo desde que se atribuyó atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania.

Los talibán no olvidan que mientras eran apenas un grupúsculo de estudiantes radicales, fue Bin Laden quien les llevó armas a los afganos fundamentalistas, armas y dinero que, en parte, habían sido aportadas por la CIA y por uno de sus principales aliados en la región: Arabia Saudita. En ese entonces, Bin Laden era un piadoso y ferviente propulsor de la fe wahabbi, una rama estricta y austera del Islam que surgió entre los beduinos. Por eso, y no por excéntrico ni loco, Bin Laden vive en una tienda del desierto.

En definitiva, no hace otra cosa que lo mismo que venía haciendo en los tiempos en que era apoyado por Estados Unidos, propagar la yihad (lo que conocemos como “guerra santa”, aunque trasciende ese concepto y abarca también la superación espiritual interior, la “guerra santa” que cada fiel libra contra sí mismo). Sólo que entonces el enemigo inmediato era la Unión Soviética y los musulmanes moderados. Ahora el enemigo de Bin Laden es Estados Unidos.

==Tercera parte de cuatro

* 1- Las paradojas de una vieja alianza
* 2- Musulmanes radicales y moderados
* 4- Cría cuervos

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en setiembre de 2001)