DURANTE ESTOS DÍAS ha estado circulando una foto del director técnico de la selección uruguaya de fútbol, el maestro Washington Tabárez. Cada persona que la recibe por correo electrónico la reenvía a sus amigos y cada uno de éstos la vuelve a reenviar agregándole comentarios y signos de admiración. La imagen, que fue publicada en Brecha el 11 de octubre de 1991, es ahora otra imagen. Los semiólogos lo han dicho hasta el cansancio: el contexto afecta al texto. Hace dos décadas la foto era apenas un toque naif de un entrenador escribiendo lo imposible en un pizarrón. “Uruguay campeón” era algo así como un oxímoron, ya que encerraba en sí mismo lo que se pensaba que era una contradicción. En este 2010 la foto mutó. De ese modo, los otros elementos de la composición –las túnicas, las moñas, el pizarrón– ya no eran folclorismo sino que pasaron a tener un rol central en la construcción del sentido. Ahora reforzaban mediante su referencia a la escuela vareliana (tan identitariamente uruguaya con su tríada “laica, gratuita y obligatoria”, con su promesa integradora, tan desmentida como desmentido fue en su momento nuestro palmarés deportivo) la potencia de una frase que pasaba de oxímoron a presagio. No importa que no se haya cumplido lo anecdótico –el campeonato– ya que la cuestión de fondo resultó elocuente. (Apunte de RLB publicado en Brecha el 9 de julio de 2010)
Etiquetas: fútbol, Uruguay
DURANTE ESTOS DÍAS ha estado circulando una foto del director técnico de la selección uruguaya de fútbol, el maestro Washington Tabárez. Cada persona que la recibe por correo electrónico la reenvía a sus amigos y cada uno de éstos la vuelve a reenviar agregándole comentarios y signos de admiración. La imagen, que fue publicada en Brecha el 11 de octubre de 1991, es ahora otra imagen. Los semiólogos lo han dicho hasta el cansancio: el contexto afecta al texto. Hace dos décadas la foto era apenas un toque naif de un entrenador escribiendo lo imposible en un pizarrón. “Uruguay campeón” era algo así como un oxímoron, ya que encerraba en sí mismo lo que se pensaba que era una contradicción. En este 2010 la foto mutó. De ese modo, los otros elementos de la composición –las túnicas, las moñas, el pizarrón– ya no eran folclorismo sino que pasaron a tener un rol central en la construcción del sentido. Ahora reforzaban mediante su referencia a la escuela vareliana (tan identitariamente uruguaya con su tríada “laica, gratuita y obligatoria”, con su promesa integradora, tan desmentida como desmentido fue en su momento nuestro palmarés deportivo) la potencia de una frase que pasaba de oxímoron a presagio. No importa que no se haya cumplido lo anecdótico –el campeonato– ya que la cuestión de fondo resultó elocuente. (Apunte de RLB publicado en Brecha el 9 de julio de 2010)
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