17 agosto 2007

Polémicas operaciones de la DEA

SAVIL DESSAINT HABÍA preparado todo para que los aurinegros del Roulado levantaran una copa luego de cuatro años de sequía. Ante los continuos fracasos en el campeonato nacional haitiano, Dessaint organizó su propio torneo, esta vez de corte barrial. Pero no podrá ver el resultado de sus esfuerzos. El domingo 5 de agosto, en pleno desarrollo de un partido, se produjo un operativo de agentes antinarcóticos que tomaron control del campo de juego y detuvieron al presidente y benefactor del Roulado. Ahora Savil Dessant será extraditado a Estados Unidos junto a otros acusados de narcotráfico, dos de los cuales fueron arrestados en Cap-Haitien, a 248 kilómetros al norte de la capital, durante el penúltimo fin de semana de julio.

Lo peculiar de estas detenciones es que se trata de acciones comando que realizan agentes estadounidenses de la oficina antidrogas (Drug Enforcement Administration, DEA). Amparada en un acuerdo firmado en 1995 y alegando que actúa en coordinación con la policía local, la DEA ha intensificado en los últimos dos meses la cacería de presuntos narcotraficantes. La más polémica de estas redadas fue la que tuvo como objetivo al político opositor Guy Philippe (foto), rival del ex presidente Jean-Bertrand Aristide y líder del Frente para la Reconstrucción Nacional. Ocurrida a mediados del mes pasado y denunciada por la emisora haitiana Radio Metropole, tuvo amplia repercusión en medios como El País de Madrid o La Vanguardia de Cataluña, debido al alto perfil del ex militar de 39 años.

Una cinta difundida por el propio Philippe desde la clandestinidad confirmó que había logrado burlar el cerco. En esa grabación, el político opositor calificaba de “inconcebible que extranjeros desembarquen de esta manera en un país soberan para implicar a quien se les ocurra en el tráfico de drogas”. Un artículo del periódico haitiano Le Nouvelliste cita palabras de Philippe en las que asegura que las acusaciones en su contra forman parte de una persecución política: “hubo un tiempo en que se calificaba de comunistas a quienes se quería eliminar de la escena política, hoy se les implica en el narcotráfico”.

Los senadores Rudy Hérivaux y Youri Latortue criticaron el acuerdo que permite a la DEA detener a presuntos narcotraficantes en territorio haitiano. En declaraciones a Radio Metropole, dijo que lo que Estados Unidos debe hacer es proveerle a Haití los medis para luchar por sí mismo contra las mafias de la droga. El presidente de la República, René Préval (foto), defendió la actuación de la DEA diciendo que se enmarca en el objetivo oficial de “impulsar una nueva dinámica en la lucha contra el tráfico de estupefacientes”.

En el Reporte Internacional de la Estrategia de Control de Narcóticos correspondiente a 2006, el gobierno estadounidense asegura que “Haití es un canal clave para que los traficantes transporten cocaína de América del Sur a Estados Unidos y, en menor medida, a Europa. La Policía Nacional Haitiana, que está bajo un extensivo plan de reforma, posee una larga historia de corrupción. El sistema judicial es disfuncional, sus fiscales y jueces susceptibles de sobornos e intimidación. La corrupción, la falta de infraestructura judicial y las crisis política y económica han causado que el Gobierno Interino de Haití focalice sus escasos recursos en el mantenimiento del orden civil y en la organización de elecciones justas y libres más que en la lucha antinarcóticos. Haití no llevó adelante ningún proceso antidrogas durante todo el año 2005”. Estados Unidos tiene operativa una oficina de la DEA en Puerto Príncipe y mantiene en funciones la Fuerza de Tarea para Haití del Sur de Florida, en la que están involucrados tanto la DEA como la Fiscalía, la Prefectura y el área de lavado de dinero del gobierno, entre otras dependencias.

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 10 de agosto de 2007)

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