17 febrero 2007

Las 3 más recientes/La batalla de Saada

Tres días de combates entre tropas gubernamentales y la insurgencia chiita causaron 93 muertos esta semana. No ocurrió en Irak sino en Yemen, país de mayoría sunita ubicado al sur de Arabia Saudita. En Yemen existe un gobierno de inspiración musulmana elegido democráticamente y una oposición socialista (ver Yemen, una vieja rivalidad). Demasiadas herejías juntas en opinión de la familia Al Houthi, líderes clánicos de la Juventud creyente, un grupo armado que busca instaurar una teocracia dirigida por un ayatolá, similar al régimen que existe en Irán. El líder espiritual de esta guerrilla es el clérigo Badruddin al Houthi, quien se siente elegido para conducir a su pueblo por el camino de la sharia, la ley islámica. En el campo de batalla el comando de las fuerzas irregulares recae sobre uno de sus hijos, Abdul Malik al Houthi, que relevó a su hermano Hussein al Houthi, caído en combate hace dos años y medio.

Los enfrentamientos entre el gobierno y el clan Al Houthi no ocuparon mayor espacio en la prensa internacional. Incluso los medios yemenitas los tomaron como parte de la normalidad. El Yemen Times, por ejemplo, al otro día de los combates más cruentos de esta semana eligió para título principal de portada el hallazgo de cuerpos de militantes socialistas muertos en una masacre ocurrida en enero de 1986. Las noticias sobre la batalla de las montañas de Saada estuvieron, eso sí, en la entrelínea de la segunda noticia del día. Aunque parecía una insípida crónica sobre el aniversario de la revolución iraní, se afirmaba que la amistad entre Yemen e Irán se mantiene fuerte “a pesar de los obstáculos transitorios”. Esos obstáculos no parecen ser menores, si se tiene en cuenta que la agencia DPA indicó que funcionarios del gobierno yemenita han acusado al régimen chiita de Irán y al gobierno de Libia de dar apoyo financiero a los rebeldes de la Juventud creyente. Entre los titulares del Yemen Times también se pudieron leer otros potenciales motivos de vinculación entre ese país y la siempre ubicua y a veces resbalosa guerra de Estados Unidos contra la a veces ubicua pero siempre resbalosa Al-qaeda. La tierra natal del casi olvidado Osama bin Laden sería elegida por los líderes prófugos de los tribunales islámicos de Somalia para solicitar asilo político.

Más allá de la tentación de inscribirlo en un escenario global –y más allá de la indudable incidencia de la crisis iraquí en el agravamiento de la situación yemenita- puede asumirse que la insurgencia liderada por el clan Al Houthi tiene raíces autóctonas: luego de la unificación de Yemen del Sur y Yemen del Norte en un solo país, varios grupos chiitas han tenido escaramuzas armadas contra un ejército controlado por la mayoría sunita. En un artículo publicado en Brecha en diciembre de 2001, se daba cuenta de la existencia de decenas de pequeños grupos islamistas activos en el país, entre los cuales los principales eran el Ejército Islámico de Adén y la llamada Yihad Yemení.

Pero no debe hacerse un vínculo directo entre los islamistas de Yemen y la red Al-Qaeda. Según recordó este miércoles la cadena qatarí Al Jazeera, no hay ninguna prueba de que existan lazos entre la red de Bin Laden y las milicias de la Juventud creyente. La otra cara de la moneda es la existencia en el país de bases norteamericanas en Aden, Hodeida y Socotra. Por supuesto, también está el petróleo. Yemen está dividido en 37 zonas de explotación petrolera y en casi todas ellas hay socios estadounidenses.

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 16 de febrero de 2007)

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