El aborto en debate
Este domingo 10 los portugueses van a las urnas convocados por un referéndum sobre el aborto. El Sí lo permite durante las primeras diez semanas de embarazo, en tanto que el No mantiene la prohibición actual. La intención de voto parece estar dividida en mitades, aunque analistas de opinión pública han vaticinado que la opción favorable a una legalización podría resultar ganadora. La clave para que la consulta pueda tener validez jurídica está en que la abstención, que se prevé alta, no supere el 50 por ciento. (NOTA: En votos triunfó el Si, aunque no se obtuvo el 50 % del padrón electoral. El gobierno anunció que igual presentará una ley despenalizadora)
Los argumentos a favor de la ley –que cuenta con el aval del primer ministro socialista, José Socrates– se centran en detener los más de 20 mil abortos clandestinos que se practican anualmente y que, aseguran, ponen en peligro la vida de las mujeres. Los contrarios a esta ley, además de esgrimir razones de tipo ético y religioso, manifiestan que la nueva norma hará aumentar el número de abortos y será costosa para el gasto de salud pública. Sin embargo, estudios como el realizado por el Centro para los Derechos Reproductivos indican que “en contra de las creencias populares, los países que han legalizado el aborto inducido y creado programas accesibles de planificación familiar, combinados con un acceso efectivo a información, muestran un marcado descenso en el número de abortos realizados”.
El tema también está presente en el debate político de la actualidad latinoamericana. En Nicaragua el gobierno sandinista viene recibiendo presiones, por ejemplo de la Unión Europea, para que revea la ley aprobada en diciembre pasado por el anterior gobierno, que volvió a penalizarlo. En declaraciones reproducidas por el semanario Confidencial, Tomas Dupla del Moral, director adjunto de la Unión Europea para América Latina, explicó la posición comunitaria: “Si me pregunta si la penalización del aborto terapéutico puede llevar a suspender la cooperación, la respuesta es no, pero la va a afectar inevitablemente”. El presidente Daniel Ortega se ha manifestado partidario de mantener la prohibición, aunque hay sectores de peso dentro del sandinismo que se muestran proclives a revisar la polémica norma.
En México, mientras tanto, este miércoles la Comisión de Equidad y Género de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal rechazó el llamado a un referéndum para despenalizar el aborto en la capital. También en Panamá se resolvió esta semana mantener incambiada la prohibición. El Parlamento panameño estaba discutiendo el tema pero, según dijo el diputado Wigberto Quintero, luego de una serie de consultas y de “escuchar al pueblo” (se habían registrado masivas protestas convocadas por el arzobispo de Panamá, monseñor Dimas Cedeño) se resolvió no modificar el Código Penal.
Las legislaciones sobre el aborto han experimentado múltiples variaciones en los últimos años. Desde 1990, por ejemplo, ha habido cambios en más de 30 países, algunos a favor de la legalización y otros en contra, aunque “la tendencia de largo plazo se mueve hacia una mayor liberalización”, según declaraciones al diario español El Mundo brindadas por Susan Cohen, del Instituto Guttmacher de Washington.
Aunque no existen estadísticas exactas sobre la cantidad de abortos que se registran en el mundo, esta semana se conoció un informe de la revista científica Plos Medicine, donde se dice que “cada año, 120 millones de parejas no pueden satisfacer sus necesidades contraceptivas”, por lo que unos 80 millones de mujeres tienen embarazos no deseados, “de los que algo más de la mitad termina en un aborto”. Si esto se cruza con las cifras del Instituto Guttmacher, los abortos ilegales alcanzarían los 23 millones cada año.
(Artículo de RLB publicado en Brecha el 9 de febrero de 2007)
Los argumentos a favor de la ley –que cuenta con el aval del primer ministro socialista, José Socrates– se centran en detener los más de 20 mil abortos clandestinos que se practican anualmente y que, aseguran, ponen en peligro la vida de las mujeres. Los contrarios a esta ley, además de esgrimir razones de tipo ético y religioso, manifiestan que la nueva norma hará aumentar el número de abortos y será costosa para el gasto de salud pública. Sin embargo, estudios como el realizado por el Centro para los Derechos Reproductivos indican que “en contra de las creencias populares, los países que han legalizado el aborto inducido y creado programas accesibles de planificación familiar, combinados con un acceso efectivo a información, muestran un marcado descenso en el número de abortos realizados”.
El tema también está presente en el debate político de la actualidad latinoamericana. En Nicaragua el gobierno sandinista viene recibiendo presiones, por ejemplo de la Unión Europea, para que revea la ley aprobada en diciembre pasado por el anterior gobierno, que volvió a penalizarlo. En declaraciones reproducidas por el semanario Confidencial, Tomas Dupla del Moral, director adjunto de la Unión Europea para América Latina, explicó la posición comunitaria: “Si me pregunta si la penalización del aborto terapéutico puede llevar a suspender la cooperación, la respuesta es no, pero la va a afectar inevitablemente”. El presidente Daniel Ortega se ha manifestado partidario de mantener la prohibición, aunque hay sectores de peso dentro del sandinismo que se muestran proclives a revisar la polémica norma.
En México, mientras tanto, este miércoles la Comisión de Equidad y Género de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal rechazó el llamado a un referéndum para despenalizar el aborto en la capital. También en Panamá se resolvió esta semana mantener incambiada la prohibición. El Parlamento panameño estaba discutiendo el tema pero, según dijo el diputado Wigberto Quintero, luego de una serie de consultas y de “escuchar al pueblo” (se habían registrado masivas protestas convocadas por el arzobispo de Panamá, monseñor Dimas Cedeño) se resolvió no modificar el Código Penal.
Las legislaciones sobre el aborto han experimentado múltiples variaciones en los últimos años. Desde 1990, por ejemplo, ha habido cambios en más de 30 países, algunos a favor de la legalización y otros en contra, aunque “la tendencia de largo plazo se mueve hacia una mayor liberalización”, según declaraciones al diario español El Mundo brindadas por Susan Cohen, del Instituto Guttmacher de Washington.
Aunque no existen estadísticas exactas sobre la cantidad de abortos que se registran en el mundo, esta semana se conoció un informe de la revista científica Plos Medicine, donde se dice que “cada año, 120 millones de parejas no pueden satisfacer sus necesidades contraceptivas”, por lo que unos 80 millones de mujeres tienen embarazos no deseados, “de los que algo más de la mitad termina en un aborto”. Si esto se cruza con las cifras del Instituto Guttmacher, los abortos ilegales alcanzarían los 23 millones cada año.
(Artículo de RLB publicado en Brecha el 9 de febrero de 2007)
Etiquetas: Nicaragua, Panamá, Política y elecciones, Portugal, Sociedades 2006/2007
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