12 enero 2007

Expectativas razonables

La República Democrática del Congo, escenario de una de las más largas y graves crisis humanitarias de África, comienza a jugarse esta semana, en tres escenarios diferentes y simultáneos, la difícil partida de la profundización de su estabilidad. En el escenario militar se esperan los resultados de la mediación ruandesa para resolver la difícil situación de Kivu NorteEn el escenario diplomático las expectativas están centradas en el éxito que pueda lograr el jefe de las operaciones de la ONU para el mantenimiento de la paz, Jean Marie Guéhenno, en su intento de convencer al Consejo de Seguridad de que debe continuar el apoyo internacional a la misión en el Congo (MONUC). Mucho menos visible, pero clave para que no fracasen los esfuerzos en los otros dos campos, es el escenario político interno. Ahí los reflectores están dirigidos al comienzo de actividades del parlamento que surgió de las elecciones del año pasado.

La importancia de resolver rápidamente la situación de Kivu Norte radica en la identidad de los rebeldes. No es uno más entre los grupos armados que mantienen una existencia relativamente intermitente en el país, sino que quienes allí operan, el autodenominado Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), está liderado por un ex general del ejército congoleño, Laurent Nkunda, quien se alzó en armas hace menos de dos meses liderando a un sector de renegados del ejército opuesto a la reforma de las Fuerzas Armadas. El lunes pasado se supo oficialmente que el gobierno de Ruanda está trabajando para “facilitar” (según el término usado por el portavoz del gobierno ruandés) un acercamiento entre rebeldes y ejército.

Al otro día de conocerse las gestiones de Ruanda se produjo la intervención de Jean Marie Guéhenno (foto) ante el Consejo de Seguridad de la ONU. El jefe de las operaciones de mantenimiento de la paz fue directo. Dijo que Naciones Unidas no puede repetir errores del pasado y que ahora, una vez iniciado el proceso democrático en el Congo, debe renovarse el apoyo para que el mismo no fracase. Explicó que por su rol histórico, el Congo es un fiel de la balanza en la región de los Grandes Lagos, pudiéndose convertir –con igual impacto- en factor de estabilidad o inestabilidad. De acuerdo con el reporte de Afrol News, Guéhenno sostuvo que “resolver la crisis en esa nación beneficiará al continente más que la resolución de cualquier otro conflicto en esa parte del mundo”.

Para que esa crisis se resuelva de una manera sostenible, sin embargo, el nuevo parlamento no puede fracasar en su intento de apuntalar un funcionamiento institucional democrático y transparente. Este tercer escenario quedó instalado el martes 9, con el inicio de las funciones de la Oficina Ejecutiva de la Asamblea Nacional. Dos días antes, el equipo de prensa de la MONUC entrevistó a Christophe Lutundula, vicepresidente de esa oficina. Los periodistas se mostraron preocupados por el equilibrio entre oficialismo y oposición, ya que una misma coalición detenta todos los cargos en la referida oficina ejecutiva (la cual cumple funciones que en cierta forma pueden verse como técnicas pero que tienen amplia incidencia política). Lutundula respondió que al tratarse de un sistema democrático mayoritario, el observador no debe “sentirse shockeado porque la mayoría dirija la Asamblea Nacional”. Agregó que “cuando se considera nuestra cultura política en relación a una democracia tradicional, debemos ser razonables en nuestras expectativas democráticas”.

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 12 de enero de 2007)

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