12 enero 2007

No todos los dictadores mueren igual (III)

Los Somoza

Mayor carga política tuvieron los atentados que acabaron con la vida de otros dos dictadores latinoamericanos: los Somoza, que gobernaron Nicaragua desde que el fundador de esa dinastía de facto fue colocado en el poder por una invasión estadounidense. Son el ejemplo más claro del dictador ajusticiado por una acción armada de la oposición.

Cuando Anastasio Somoza García (al centro de la foto), jefe de la Guardia Nacional, organiza el asesinato a traición de Augusto Calderón Sandino y su Estado Mayor, se abre un período de 42 años de dictadura. Un largo ejercicio del poder matizado por presidentes provisionales y elecciones fraudulentas. Una larga era somocista que necesitó de tres Somoza, ya que a mitad de camino, en 1956, una bala disparada por el poeta Rigoberto López Pérez terminó con la vida del fundador.

Otra novela, en este caso Margarita, está linda la mar, de Sergio Ramírez, narra el episodio. En un capítulo darianamente titulado “¿A los sangrientos tigres del mal darías caza?”, Ramírez cuenta el modo en que el solitario tirador ejecuta su plan. Rigoberto se mezcla entre los invitados de un baile en homenaje al dictador. Y dispara. Aunque los guardaespaldas acaban con la vida del atacante, no pueden evitar que las balas de Rigoberto lleguen a destino. Entonces “Somoza se dobla en el regazo de la Primera Dama como si tuviera sueño y ella extiende sus brazos para recibirlo derramando el vaso de Ginger Ale”, al decir de Ramírez. Una semana más tarde Somoza muere en Panamá, pese a los infructuosos esfuerzos de los cirujanos que había enviado expresamente Dwight Einsenhower, entonces presidente de Estados Unidos.

Su lugar es ocupado por el hijo, Luis Somoza Debayle (a la izquierda de la foto), que maneja los hilos del poder por nueve años. A diferencia del padre muere de causas naturales.

Lo sucede su hermano Anastasio Somoza Debayle. Piloteará la dictadura en sus doce años finales y será derrocado por la Revolución Sandinista en 1979. Tacho se exilia en Paraguay donde poco después (17 de setiembre de 1980) es ajusticiado por un comando de guerrilleros argentinos. Son miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo, el ERP, que lidera Enrique Gorriarán Merlo. El entonces Ministro del Interior de Nicaragua, Tomás Borge, negó que su país hubiera tenido relación con el atentado. Consultado por la prensa sobre la identidad de los autores, respondió con una sola palabra: Fuenteovejuna. Una referencia literaria a la obra que escribió Lope de Vega en 1612 y que trata sobre un levantamiento popular que acaba con la vida de un Comendador abusivo.

==Tercera parte de once

* 1- No todos los dictadores mueren igual
* 2- Trujillo
* 4- Stroessner y Batista
* 5- Ante Pavelic
* 6- Salazar
* 7- Los coroneles
* 8- Idi Amin
* 9- Macías Nguema
* 10- Pol Pot
* 11- Fines de otoño

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 12 de enero de 2007)

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