12 enero 2007

No todos los dictadores mueren igual (IV)

Stroessner y Batista

Tacho Somoza fue ajusticiado mientras era huésped de otro dictador, Alfredo Stroessner (en la foto, junto a Franco). El final de Stroessner fue muy diferente al de Somoza. Aunque también fue derrocado, la caída del obsesivo dictador paraguayo se trató más bien de un asunto de familia. Alejado del poder por un golpe encabezado por su consuegro, el general Andrés Rodríguez, Stroessner encontró asilo en el cercano Brasil. Su estructura política, el Partido Colorado, siguió rigiendo los destinos de Paraguay. Esas peculiaridades le permitieron un exilio pacífico que terminó el 16 de agosto del año pasado cuando murió a causa de una infección pulmonar.

Tres décadas antes el ex dictador de Cuba, Fulgencio Batista, también terminaba sus días disfrutando de la hospitalidad de un dictador en funciones. Derrocado por la Revolución que encabezaron Fidel Castro y Camilo Cienfuegos, Batista se exilió en la España de Francisco Franco y murió por causas naturales en 1973.

Dos años más tarde moría su anfitrión tras una larga agonía. Con la muerte de Franco terminaba un régimen que se había iniciado en 1939, tras la Guerra Civil Española.

==Cuarta parte de once

* 1- No todos los dictadores mueren igual
* 2- Trujillo
* 3- Los Somoza
* 5- Ante Pavelic
* 6- Salazar
* 7- Los coroneles
* 8- Idi Amin
* 9- Macías Nguema
* 10- Pol Pot
* 11- Fines de otoño

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 12 de enero de 2007)

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