Chechenos: los peores enemigos
El sitio en Internet de los rebeldes chechenos está dominado por una frase escrita en grandes caracteres: “Los chechenos somos los mejores amigos de nuestros amigos, pero los peores enemigos de nuestros enemigos”. Los ejércitos zaristas, los soviéticos y ahora los rusos, pueden dar fe al menos de la última parte de este postulado. Veinticinco años le llevó a las tropas del zar someter al estado checheno e islámico Shamil, que en 1839 desafió la autoridad imperial.
Después de la Revolución Bolchevique de 1917, los chechenos declararon un emirato independiente y su territorio fue escenario del fuego cruzado entre los zaristas que querían la restauración de la monarquía, los bolcheviques que buscaban consolidar el poder soviético, y los chechenos que intentaban mantener su independencia. Cada uno de los otros dos bandos acusaron a estos últimos de apoyar al enemigo; según el general zarista Denikin (foto), los chechenos de las montañas resistieron a las tropas Blancas permitiendo al Ejército Rojo reacomodarse y lograr la victoria final, pero los soviéticos prefirieron tomar en cuenta la militancia antibolchevique de los chechenos de las llanuras, por lo que las relaciones entre los chechenos y el naciente poder soviético no comenzaron con buen pie y se registraron varias rebeliones hasta que en 1921 se apagó el último foco de resistencia.
Entre 1920 y 1930 hubo aisladas actividades guerrilleras antisoviéticas, pero en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, se agudizó el conflicto. Los líderes chechenos declararon su independencia y llamaron a su pueblo a “recibir a los alemanes como huéspedes”, ya que los nazis, en su intento de ganar aliados en su invasión a la URSS, se habían manifestado favorables a la existencia de una República Chechena. Este llamamiento fue utilizado por Stalin para deportar en masa a los chechenos, medida que también afectó a los ingushes.
La disolución de la URSS favoreció los deseos de independencia. Aunque en junio de 1991, el 80 por ciento de los chechenos votó por Boris Yeltsin en las elecciones generales rusas, un mes más tarde los clanes ya habían colocado a un ex general soviético, Dzhojar Dudáev(foto), como su líder y habían comenzado a formar sus milicias. El fallido golpe de estado contra Mijail Gorbachov que la línea dura del Partido Comunista propició en agosto de ese año, consolidó el poder de Dudaév al desviar la atención de los grupos de poder rusos. Una serie de decretos de Yeltsin que intentaban controlar la situación institucional en la naciente República Chechena, revirtieron su popularidad y alimentaron el ancestral sentimiento anti-ruso, prologando una larga sucesión de enfrentamientos que desembocaron en dos largas guerras, la última de las cuales arrasó la capital chechena, Grozni, sin que aún las tropas rusas hayan podido controlar totalmente la situación en las montañas. Dudaév fue asesinado en 1996.
Pese a que los yacimientos petrolíferos de Chechenia no son atractivos para Moscú, esta riqueza es clave en la actual estructura económica de la república rebelde. Según Xulio Ríos, del Centro de Investigación para la Paz, de España, “la exportación ilegal de petróleo, y el comercio ilegal de armas y drogas, en manos de las mafias, son los principales factores de acumulación capitalista”. Si no se puede comprender Chechenia sin la acción de las mafias, tampoco se la puede entender sin conocer el eje de su organización social, los clanes. Se trata de extensos grupos familiares, con vínculos matrimoniales y territoriales, con un gran peso en la toma de decisiones colectivas; se calcula que existen 131 clanes, entre los cuales hay por lo menos 28 que tienen un rol importante en la vida política de esta colectividad que es, mayoritariamante, de religión musulmana.
==Quinta parte de cinco
* 1- El Cáucaso, un viejo campo de batalla
* 2- Secuestro de militares uruguayos
* 3- La Gran Depresión
* 4- Cáucaso: El factor islámico
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en agosto de 2000)
Después de la Revolución Bolchevique de 1917, los chechenos declararon un emirato independiente y su territorio fue escenario del fuego cruzado entre los zaristas que querían la restauración de la monarquía, los bolcheviques que buscaban consolidar el poder soviético, y los chechenos que intentaban mantener su independencia. Cada uno de los otros dos bandos acusaron a estos últimos de apoyar al enemigo; según el general zarista Denikin (foto), los chechenos de las montañas resistieron a las tropas Blancas permitiendo al Ejército Rojo reacomodarse y lograr la victoria final, pero los soviéticos prefirieron tomar en cuenta la militancia antibolchevique de los chechenos de las llanuras, por lo que las relaciones entre los chechenos y el naciente poder soviético no comenzaron con buen pie y se registraron varias rebeliones hasta que en 1921 se apagó el último foco de resistencia.
Entre 1920 y 1930 hubo aisladas actividades guerrilleras antisoviéticas, pero en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, se agudizó el conflicto. Los líderes chechenos declararon su independencia y llamaron a su pueblo a “recibir a los alemanes como huéspedes”, ya que los nazis, en su intento de ganar aliados en su invasión a la URSS, se habían manifestado favorables a la existencia de una República Chechena. Este llamamiento fue utilizado por Stalin para deportar en masa a los chechenos, medida que también afectó a los ingushes.
La disolución de la URSS favoreció los deseos de independencia. Aunque en junio de 1991, el 80 por ciento de los chechenos votó por Boris Yeltsin en las elecciones generales rusas, un mes más tarde los clanes ya habían colocado a un ex general soviético, Dzhojar Dudáev(foto), como su líder y habían comenzado a formar sus milicias. El fallido golpe de estado contra Mijail Gorbachov que la línea dura del Partido Comunista propició en agosto de ese año, consolidó el poder de Dudaév al desviar la atención de los grupos de poder rusos. Una serie de decretos de Yeltsin que intentaban controlar la situación institucional en la naciente República Chechena, revirtieron su popularidad y alimentaron el ancestral sentimiento anti-ruso, prologando una larga sucesión de enfrentamientos que desembocaron en dos largas guerras, la última de las cuales arrasó la capital chechena, Grozni, sin que aún las tropas rusas hayan podido controlar totalmente la situación en las montañas. Dudaév fue asesinado en 1996.
Pese a que los yacimientos petrolíferos de Chechenia no son atractivos para Moscú, esta riqueza es clave en la actual estructura económica de la república rebelde. Según Xulio Ríos, del Centro de Investigación para la Paz, de España, “la exportación ilegal de petróleo, y el comercio ilegal de armas y drogas, en manos de las mafias, son los principales factores de acumulación capitalista”. Si no se puede comprender Chechenia sin la acción de las mafias, tampoco se la puede entender sin conocer el eje de su organización social, los clanes. Se trata de extensos grupos familiares, con vínculos matrimoniales y territoriales, con un gran peso en la toma de decisiones colectivas; se calcula que existen 131 clanes, entre los cuales hay por lo menos 28 que tienen un rol importante en la vida política de esta colectividad que es, mayoritariamante, de religión musulmana.
==Quinta parte de cinco
* 1- El Cáucaso, un viejo campo de batalla
* 2- Secuestro de militares uruguayos
* 3- La Gran Depresión
* 4- Cáucaso: El factor islámico
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en agosto de 2000)
Etiquetas: Cáucaso, Chechenia, exURSS, exURSS 2000/05
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