Irán e Irak: crisis paralelas
Las crisis de Irán y de Irak transcurrieron de manera paralela esta semana. Una tiene el eje en el probable fortalecimiento militar de un Estado islámico, Irán, que modificaría la correlación de fuerzas en el Golfo Pérsico. La otra está centrada en el potencial desmembramiento de otro Estado de mayoría musulmana que también podría ocasionar cambios en la región, llegando incluso a la partición del país. Algunos analistas, sin embargo, las ven como convergentes. El punto en el que podrían llegar a tocarse es la hipótesis de que una guerra civil en Irak podría actuar como un contrapeso al fortalecimiento que ha venido experimentando Irán como potencia regional.
Como es sabido, las potencias medianas o regionales son un factor importante de estabilidad si sus conducciones políticas están comprometidas con el multilateralismo. Es el caso de Brasil en América del Sur, de India en Asia y de Sudáfrica en el África Meridional. Sin embargo, el rol que pueda tener Irán como potencia regional sería diferente. Los países antes mencionados tienen con la potencia hegemónica –Estados Unidos– una relación de “paz fría”. Por una parte mantienen una postura explícitamente contraria al unilateralismo de Washington (oposición que se evidencia en medidas concretas, como su alianza para que el Sur tenga asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas), pero por otra parte actúan como factores de estabilidad en sus respectivas regiones. Con la peculiaridad de que la que propician es una estabilidad que no cuestiona expresamente los intereses hegemónicos. Como si la hipótesis subyacente en las cancillerías de esas tres gravitantes naciones fuera que la “pax americana” es el campo de cultivo del que surgirá el multilateralismo que buscan. Por el contrario, la consolidación de Irán como potencia regional plantea una situación diferente. Estaríamos ante una potencia mediana que se situaría más cerca de la potencia desafiante (China) que de la potencia hegemónica. Esa diferencia es la que permite cruzar, al menos en el campo teórico, las crisis de Irak y de Irán.
==Primera parte de dos
* 2- Chiitas contra sunitas
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 3 de marzo de 2006)
Como es sabido, las potencias medianas o regionales son un factor importante de estabilidad si sus conducciones políticas están comprometidas con el multilateralismo. Es el caso de Brasil en América del Sur, de India en Asia y de Sudáfrica en el África Meridional. Sin embargo, el rol que pueda tener Irán como potencia regional sería diferente. Los países antes mencionados tienen con la potencia hegemónica –Estados Unidos– una relación de “paz fría”. Por una parte mantienen una postura explícitamente contraria al unilateralismo de Washington (oposición que se evidencia en medidas concretas, como su alianza para que el Sur tenga asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas), pero por otra parte actúan como factores de estabilidad en sus respectivas regiones. Con la peculiaridad de que la que propician es una estabilidad que no cuestiona expresamente los intereses hegemónicos. Como si la hipótesis subyacente en las cancillerías de esas tres gravitantes naciones fuera que la “pax americana” es el campo de cultivo del que surgirá el multilateralismo que buscan. Por el contrario, la consolidación de Irán como potencia regional plantea una situación diferente. Estaríamos ante una potencia mediana que se situaría más cerca de la potencia desafiante (China) que de la potencia hegemónica. Esa diferencia es la que permite cruzar, al menos en el campo teórico, las crisis de Irak y de Irán.
==Primera parte de dos
* 2- Chiitas contra sunitas
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 3 de marzo de 2006)
Etiquetas: Irak 2005/2007, Irán, Irán 2006/2007
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