Trabajo de cetrería
La supuesta operación de inteligencia fue revelada por el periódico británico The Guardian a comienzos de esta semana: los halcones de Washington habrían sido manipulados por Irán, que en un impecable trabajo de cetrería los utilizó para terminar con Saddam Hussein, su principal enemigo.
Es un arte antiguo que representa la supremacía de la habilidad sobre la fuerza. El hombre entrena a su ave de presa y ésta caza para él. Según el experto en cetrería Francisco Soriano Pons, el secreto está en "forzar, relativamente, los hechos que se producen de forma natural y hacer que se desarrollen en un tiempo y espacio determinado, dominando a la naturaleza de la única manera posible: obedeciéndola”.
Eso fue lo que hizo la inteligencia iraní a través de dos de los informantes de primer nivel de Estados Unidos en los momentos previos a la toma de la decisión de invadir Irak. No fueron los reportes de los supuestos agentes los que determinaron que la administración Bush atacara al demonizado Saddam Hussein. Como se ha demostrado en base a testimonios de integrantes del propio equipo presidencial, esa decisión estaba tomada desde antes incluso de los atentados del 11 de setiembre de 2001. Lo que hicieron los hábiles cetreros de Teherán fue, precisamente, "forzar relativamente los hechos" que estaban en la naturaleza de la política exterior y militar del gobierno republicano. Lo que su intervención logró fue que el vuelo de los halcones de Washington se desarrollara "en un tiempo y un espacio determinados".
No cualquier integrante del "eje del mal" estaba en condiciones de ser la presa que siguiera a la caída de los talibán afganos, pero sí había al menos dos candidatos, Irak y Siria. Fue entonces que una combinación de informaciones falsas y medias verdades hizo apuntar las baterías sobre Bagdag y no sobre Damasco. En otras palabras, si se confirma que los informantes clave de Estados Unidos en realidad trabajaban para los iraníes, éstos habrían ejecutado un plan digno de la mejor tradición de la milenaria cetrería persa, "dominando a la naturaleza de la única manera posible: obedeciéndola".
Un artículo de Julian Borger aparecido en la edición del martes del diario británico The Guardian, citó fuentes de los servicios secretos estadounidenses para afirmar que existe la hipótesis de que "Irán usó a los halcones del Pentágono y de la Casa Blanca para desatar un ataque sobre su hostil vecino y establecer en Irak un régimen basado en la ley islámica". Para ello habrían contado con la ayuda del líder del Congreso Nacional Iraquí, Ahmad Chalabi (foto), uno de los personajes clave en el modelo pensado por Washington para el Irak pos Hussein.
==Primera parte de tres
* 2- ¿Complot o viveza?
* 3- El cascabel y el gato
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha 12 de octubre de 2004)
Es un arte antiguo que representa la supremacía de la habilidad sobre la fuerza. El hombre entrena a su ave de presa y ésta caza para él. Según el experto en cetrería Francisco Soriano Pons, el secreto está en "forzar, relativamente, los hechos que se producen de forma natural y hacer que se desarrollen en un tiempo y espacio determinado, dominando a la naturaleza de la única manera posible: obedeciéndola”.
Eso fue lo que hizo la inteligencia iraní a través de dos de los informantes de primer nivel de Estados Unidos en los momentos previos a la toma de la decisión de invadir Irak. No fueron los reportes de los supuestos agentes los que determinaron que la administración Bush atacara al demonizado Saddam Hussein. Como se ha demostrado en base a testimonios de integrantes del propio equipo presidencial, esa decisión estaba tomada desde antes incluso de los atentados del 11 de setiembre de 2001. Lo que hicieron los hábiles cetreros de Teherán fue, precisamente, "forzar relativamente los hechos" que estaban en la naturaleza de la política exterior y militar del gobierno republicano. Lo que su intervención logró fue que el vuelo de los halcones de Washington se desarrollara "en un tiempo y un espacio determinados".
No cualquier integrante del "eje del mal" estaba en condiciones de ser la presa que siguiera a la caída de los talibán afganos, pero sí había al menos dos candidatos, Irak y Siria. Fue entonces que una combinación de informaciones falsas y medias verdades hizo apuntar las baterías sobre Bagdag y no sobre Damasco. En otras palabras, si se confirma que los informantes clave de Estados Unidos en realidad trabajaban para los iraníes, éstos habrían ejecutado un plan digno de la mejor tradición de la milenaria cetrería persa, "dominando a la naturaleza de la única manera posible: obedeciéndola".
Un artículo de Julian Borger aparecido en la edición del martes del diario británico The Guardian, citó fuentes de los servicios secretos estadounidenses para afirmar que existe la hipótesis de que "Irán usó a los halcones del Pentágono y de la Casa Blanca para desatar un ataque sobre su hostil vecino y establecer en Irak un régimen basado en la ley islámica". Para ello habrían contado con la ayuda del líder del Congreso Nacional Iraquí, Ahmad Chalabi (foto), uno de los personajes clave en el modelo pensado por Washington para el Irak pos Hussein.
==Primera parte de tres
* 2- ¿Complot o viveza?
* 3- El cascabel y el gato
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha 12 de octubre de 2004)
Etiquetas: Irak 2001/2004, Irán, Irán 2002/2005
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