Ganadores y perdedores
¿Qué ganaron y qué perdieron, tanto Chávez como la oposición, en términos de legitimidad y capital político? La politóloga Ana María Bozo realizó una pormenorizada disección de este asunto, aislando las que, en su opinión, son las veintitres consecuencias principales de la crisis.
Ganancias de Chávez
1.- La fortaleza de un “resurgido de sus cenizas; condición que en las dinámicas políticas crea un momentáneo movimiento proclive a que los actores sociales y políticos se ubiquen en torno al sobreviviente.
2.- La oportunidad de revisar las prácticas y el estilo de gobierno para garantizarse su permanencia en el poder.
3.- La identificación y ubicación de sus incondicionales aliados y de sus adversarios. Durante su fugaz salida del Ejecutivo, algunos ocultos y peligrosos adversarios políticos se develaron o se afincaron en una posición opuesta a Chávez; por ejemplo, el ex-ministro de Relaciones Interiores y ex-consejero personal y político del mandatario, Luis Miquilena.
4.- El conocimiento bastante exacto de las proporciones del descontento cívico popular y del contingente de la sociedad civil que adhiere su gobierno.
5.- La precisión de los contenidos de su discurso y de su práctica de gobierno que generan decididas actitudes de rechazo popular. Esta precisión le permitirá en adelante omitir tales prácticas y discursos o aplicarles “camuflajes” que no generen tales oposiciones.
6.- La evaluación de hasta qué punto la articulación de redes sociales (círculos bolivarianos) organizados y financiados desde el gobierno, han adquirido la cohesión y movilidad necesaria para constituirse en “armas” (reales o figuradas) del Gobierno.
7.- El escenario para proyectar (especialmente hacia el exterior) la imagen mesiánica del líder cuyo tratamiento humilde del triunfo lo lleva a un estadio de generosidad y amplitud, que lo ubica en la posición precisa y necesaria para avanzar en la “construcción democrática” de Venezuela y de América Latina.
Pérdidas de Chávez
1.- El poder por 28 horas.
2.- El apoyo de 50 miembros de los más altos mandos de las Fuerzas Armadas Nacionales.
2.- La imagen de que su gobierno era sólido y a prueba de fracturas.
3.- La certeza de que las Fuerzas Militares son un anillo compacto que lo abraza incondicionalmente. No lo son
4.- La confianza y la simpatía de los integrantes de las clases medias, profesional y adinerada que podía conservar antes del 11 de abril.
5.- El entusiasmo de la clase productiva (empresarial, gerencial y trabajadora) del país para reconstruir Venezuela.
6.- La convicción del ciudadano común en relación a que el Gobierno era capaz y competente para ofrecerle una protección mínima a sus bienes y sus personas. Esta sensación de "desasistimiento" puede generar la conformación de individualidades o grupos de autodefensa que podrían abrir las compuertas de enfrentamientos violentos entre propietarios de bienes, tierras, comercios y animales y los "desposeídos" que pretenden ocuparlos.
7.- Un país donde los “intereses de clase” no eran una variable determinante de las dinámicas y procesos políticos. Actualmente los intereses de clase dividen a Venezuela en dos fracciones entre las cuales se ha sembrado el resentimiento y el temor por las reacciones del “otro” en una forma tan arraigada que hemos erradicado no sólo el respeto por el otro sino también la tolerancia. Nos hemos instalado en espacios sin “lugares comunes”. Esta característica es -a mi juicio- un resultado buscado y querido de la retórica y las acciones del presidente y de la mayoría de los funcionarios de su gobierno. Sin embargo, lo distingo como pérdida porque, en mi criterio, tal fractura debilita la gobernabilidad en este periodo.
Ganancias de la oposición
1.- “Contarse y reconocerse”. La oposición conoció cuántos son, cuántos pueden llegar a ser y dónde están ubicados en el entramado social venezolano.
2.- Cientos de miles de individuos que aprendieron a ejercer la ciudadanía activa. Me atrevería a asegurar que Venezuela ha avanzado varios pasos en el camino para desplazarnos desde la democracia “delegativa” (en los términos de Guillermo O’Donnel) hacia un sistema político de participación activa que podría ayudarnos a definir la naturaleza y alcance de una democracia contextualizada. En Venezuela, gran parte de la población había asumido una posición de "anomia" frente al hecho político y a la política. Los problemas vinculados con el poder y los procesos de toma de decisiones les eran indiferentes. Hoy esos venezolanos han concientizado que en lo político, en el sentido de participación en los asuntos colectivos, "les va la vida", y están resueltos a ejercer activamente su condición de ciudadanos.
3.- El cambio de actitud y de estilo del Presidente. Después del 11 de abril parece dispuesto a rectificar y a atender las voces disidentes frente a su proyecto “revolucionario”.
4.- La constatación de algunas de sus debilidades: falta de líderes, carencia de redes y circuitos organizados, ausencia de articulación de un proyecto alternativo de país, necesidad de organizarse para la acción y no sólo para la reacción.
5.- El reconocimiento como “interlocutores válidos” por parte del Gobierno. Antes del 11 de abril el Gobierno subestimaba y descalificaba la oposición; simplemente la ignoraba como interlocutor pertinente. Desde esa fecha el Gobierno ha percibido que el enemigo no es pequeño ni desvalido.
Pérdidas de la oposición
1.- Por lo menos 20 vidas humanas.
2.- La confianza y el respeto que tenía en las Fuerzas Armadas como institución vertical, unificada y capaz de garantizar el orden interno.
3.- El empuje para la acción inmediata. Al efecto ya citado de “aglutinarse en torno al triunfador”, se le suma, como un contra-efecto, una inmediata, pero temporal, paralización del “vencido” que momentáneamente acusa el golpe, vive “su luto”, y ello resulta en un debilitamiento de su capacidad de acción y de movilización.
3.- La oportunidad extraordinaria de hacerse del poder.
4.- La cohesión de intereses y propósitos que existió durante la semana previa al 11 de abril entre actores ocupantes de posiciones tradicionalmente enfrentadas como la CTV (Confederación de Trabajadores de Venezuela) y FEDECAMARAS (Federación de Cámaras de Industria y Comercio).
==Segunda parte de dos
* 1- Cuatro lecturas de la crisis venezolana
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 19 de abril de 2002)
Ganancias de Chávez
1.- La fortaleza de un “resurgido de sus cenizas; condición que en las dinámicas políticas crea un momentáneo movimiento proclive a que los actores sociales y políticos se ubiquen en torno al sobreviviente.
2.- La oportunidad de revisar las prácticas y el estilo de gobierno para garantizarse su permanencia en el poder.
3.- La identificación y ubicación de sus incondicionales aliados y de sus adversarios. Durante su fugaz salida del Ejecutivo, algunos ocultos y peligrosos adversarios políticos se develaron o se afincaron en una posición opuesta a Chávez; por ejemplo, el ex-ministro de Relaciones Interiores y ex-consejero personal y político del mandatario, Luis Miquilena.
4.- El conocimiento bastante exacto de las proporciones del descontento cívico popular y del contingente de la sociedad civil que adhiere su gobierno.
5.- La precisión de los contenidos de su discurso y de su práctica de gobierno que generan decididas actitudes de rechazo popular. Esta precisión le permitirá en adelante omitir tales prácticas y discursos o aplicarles “camuflajes” que no generen tales oposiciones.
6.- La evaluación de hasta qué punto la articulación de redes sociales (círculos bolivarianos) organizados y financiados desde el gobierno, han adquirido la cohesión y movilidad necesaria para constituirse en “armas” (reales o figuradas) del Gobierno.
7.- El escenario para proyectar (especialmente hacia el exterior) la imagen mesiánica del líder cuyo tratamiento humilde del triunfo lo lleva a un estadio de generosidad y amplitud, que lo ubica en la posición precisa y necesaria para avanzar en la “construcción democrática” de Venezuela y de América Latina.
Pérdidas de Chávez
1.- El poder por 28 horas.
2.- El apoyo de 50 miembros de los más altos mandos de las Fuerzas Armadas Nacionales.
2.- La imagen de que su gobierno era sólido y a prueba de fracturas.
3.- La certeza de que las Fuerzas Militares son un anillo compacto que lo abraza incondicionalmente. No lo son
4.- La confianza y la simpatía de los integrantes de las clases medias, profesional y adinerada que podía conservar antes del 11 de abril.
5.- El entusiasmo de la clase productiva (empresarial, gerencial y trabajadora) del país para reconstruir Venezuela.
6.- La convicción del ciudadano común en relación a que el Gobierno era capaz y competente para ofrecerle una protección mínima a sus bienes y sus personas. Esta sensación de "desasistimiento" puede generar la conformación de individualidades o grupos de autodefensa que podrían abrir las compuertas de enfrentamientos violentos entre propietarios de bienes, tierras, comercios y animales y los "desposeídos" que pretenden ocuparlos.
7.- Un país donde los “intereses de clase” no eran una variable determinante de las dinámicas y procesos políticos. Actualmente los intereses de clase dividen a Venezuela en dos fracciones entre las cuales se ha sembrado el resentimiento y el temor por las reacciones del “otro” en una forma tan arraigada que hemos erradicado no sólo el respeto por el otro sino también la tolerancia. Nos hemos instalado en espacios sin “lugares comunes”. Esta característica es -a mi juicio- un resultado buscado y querido de la retórica y las acciones del presidente y de la mayoría de los funcionarios de su gobierno. Sin embargo, lo distingo como pérdida porque, en mi criterio, tal fractura debilita la gobernabilidad en este periodo.
Ganancias de la oposición
1.- “Contarse y reconocerse”. La oposición conoció cuántos son, cuántos pueden llegar a ser y dónde están ubicados en el entramado social venezolano.
2.- Cientos de miles de individuos que aprendieron a ejercer la ciudadanía activa. Me atrevería a asegurar que Venezuela ha avanzado varios pasos en el camino para desplazarnos desde la democracia “delegativa” (en los términos de Guillermo O’Donnel) hacia un sistema político de participación activa que podría ayudarnos a definir la naturaleza y alcance de una democracia contextualizada. En Venezuela, gran parte de la población había asumido una posición de "anomia" frente al hecho político y a la política. Los problemas vinculados con el poder y los procesos de toma de decisiones les eran indiferentes. Hoy esos venezolanos han concientizado que en lo político, en el sentido de participación en los asuntos colectivos, "les va la vida", y están resueltos a ejercer activamente su condición de ciudadanos.
3.- El cambio de actitud y de estilo del Presidente. Después del 11 de abril parece dispuesto a rectificar y a atender las voces disidentes frente a su proyecto “revolucionario”.
4.- La constatación de algunas de sus debilidades: falta de líderes, carencia de redes y circuitos organizados, ausencia de articulación de un proyecto alternativo de país, necesidad de organizarse para la acción y no sólo para la reacción.
5.- El reconocimiento como “interlocutores válidos” por parte del Gobierno. Antes del 11 de abril el Gobierno subestimaba y descalificaba la oposición; simplemente la ignoraba como interlocutor pertinente. Desde esa fecha el Gobierno ha percibido que el enemigo no es pequeño ni desvalido.
Pérdidas de la oposición
1.- Por lo menos 20 vidas humanas.
2.- La confianza y el respeto que tenía en las Fuerzas Armadas como institución vertical, unificada y capaz de garantizar el orden interno.
3.- El empuje para la acción inmediata. Al efecto ya citado de “aglutinarse en torno al triunfador”, se le suma, como un contra-efecto, una inmediata, pero temporal, paralización del “vencido” que momentáneamente acusa el golpe, vive “su luto”, y ello resulta en un debilitamiento de su capacidad de acción y de movilización.
3.- La oportunidad extraordinaria de hacerse del poder.
4.- La cohesión de intereses y propósitos que existió durante la semana previa al 11 de abril entre actores ocupantes de posiciones tradicionalmente enfrentadas como la CTV (Confederación de Trabajadores de Venezuela) y FEDECAMARAS (Federación de Cámaras de Industria y Comercio).
==Segunda parte de dos
* 1- Cuatro lecturas de la crisis venezolana
(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha el 19 de abril de 2002)
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