29 enero 2001

Los oídos alerta

La flauta del dios Pan y las liras que tañen los efebos en la cerámica ática que se conserva en las vitrinas del Museo Arqueológico de Atenas, permiten suponer que la música helénica del período clásico fue algo muy diferente a los aires balcánicos, casi gitanos, de la actualidad. En toda Grecia las tabernas y los ómnibus repiten los hits de moda, los cuales, contra todo prejuicio, muestran una personalidad que los distingue de los ritmos internacionales de consumo masivo en las otras ciudades de Occidente. En Atenas es posible armar el rompecabezas de la música popular manteniendo los oídos alerta y visitando las disquerías para griegos en lugar de las tiendas para turistas.

Viajar por Grecia en 1999 equivalía a escuchar, casi en todas partes, las voces de Notis Sfakianakis y de Despina Vandi; si se llega al hotel y se prende el televisor, el canal que ofrece videos de música griega moderna las 24 horas, confirma esta preminencia. El último disco doble que lanzó Sfakianakis se transformó en triple platino con 300 mil copias; Deca Edolez (Los diez mandamientos) de Despina Vandi quedó en segundo lugar. Ambos artistas hacen una música comercial y pegadiza, casi "de discoteca", pero apelan a una fusión del pop con los ritmos griegos más vernáculos que le otorga su carácter.

El mismo mecanismo de atender a lo que escucha el chofer del ómnibus que conduce a los yacimientos, permite descubrir nombres más rigurosos que los disfrutables Sfakianakis y Vandi. Luego sólo resta intentar que el mozo de una cantina o la dependienta de alguna tienda de recuerdos acepten (no siempre de muy buen humor) escribir en cualquier trozo de papel el nombre del cantante que está sonando en sus parlantes. Es muy probable que en esa servilleta de papel, o en el reverso de esa factura, aparezcae el nombre de Dimitra Galani, o los ya citados Alkistis Protopsalti y Giorgios Dalaras.

Galani, intérprete favorita de la actriz y ex Ministra de Cultura Melina Mercouri, lleva editados ochenta álbumes en sus más de treinta años de carrera. En esa avalancha de discos ha interpretado desde piezas de los principales compositores griegos contemporáneos (como Hadjidakis o Theodorakis) hasta música bizantina, pasando por baladas de John Lennon, lo que ha sumado a su popularidad un estatus de artista de culto. El joven que atendía la tienda de discos en Plaka -grueso, barbado y de atuendo heavy metal- extendió su último compacto con el gesto de quien está sirviendo un manjar cocinado por él mismo.

==Tercera parte de cuatro

* 1- Después de Kusturica: Tiempo de música balcánica
* 2- Dalaras y Alexiu
* 4- Gitanos del Este

(Publicado en Brecha en enero de 2001)

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