24 marzo 2006

El ejército del Mahdi: ocultando al mesías

Estados Unidos no invadió Irak para despojar a un tirano de la posesión de armas de destrucción masiva, ni tampoco para apropiarse de estratégicas reservas de petróleo. Para uno de los principales grupos de la resistencia iraquí, los marines están en su país para encontrar al mesías chiita y destruirlo.

Los chiitas creen que el duodécimo Imán, descendiente del profeta Mahoma, está
oculto desde hace aproximadamente mil doscientos años, y que reaparecerá cuando sea el momento de liberar a su pueblo. Algunos lo creen literalmente y defienden la posibilidad de que exista, efectivamente, una persona de esa edad viviendo en la clandestinidad; otros lo ven como un ocultamiento simbólico que en algún momento se materializará milagrosamente con una reaparición de aquel Imán que vivió en el siglo nueve de la era cristiana. Para ser más exactos, vivió en Samarra, el mismo lugar de
Irak en el que estaba la mezquita con la cúpula dorada contra la que se produjo el atentado que desató el más reciente enfrentamiento entre chiitas y sunnitas. Quien diga que la historia del Imán oculto es pura ciencia-ficción, estará parcialmente en lo cierto.

Cuando Frank Patrick Herbert (foto) publicó en 1965 su novela Dune, iniciando una saga que lo convertiría en uno de los escritores más exitosos de Estados Unidos, reordenó para sus lectores una ensalada de mitos históricos, religiosos y literarios. El universo de Dune, que en 1984 fue llevado a la pantalla por David Lynch y que quince años después tuvo una versión televisiva en la que William Hurt interpretaba a un aristócrata espacial, tenía como uno de sus ejes la figura de un mesías que liberaría de la opresión a las tribus de un planeta desértico. Ese planeta estaba dominado, para mayor sintonía con el Irak de hoy, por unos invasores que deseaban el control de su principal recurso natural, una forma de combustible místico que hacía funcionar la flota de naves espaciales. En la novela el mesías esperado es el Muad’dib, a quien también se le llama Mahdi. Este último es precisamente el nombre que los chiitas le dan al duodécimo Imán.

Quienes en el Irak de hoy piensan que los marines están ahí para matarlo, tienen un brazo armado que se llama “El Ejército del Mahdi”, integrado probablemente por unos mil combatientes. Frank Herbert no puede ser señalado como futurólogo, sino que probablemente se inspiró en un personaje histórico relativamente reciente, como fue el célebre Mohammed Ahmed (foto), que se declaró Mahdi en 1881 y lideró una guerra de liberación en Sudán en contra de los ocupantes egipcios y otomanos. El Mahdi también es aceptado por los sunnitas, aunque con diferentes características.

Para los chiitas el Mahdi todavía está vivo, en tanto que para los sunnitas volverá a nacer en la ciudad de Medina, en Arabia Saudita. Para estos últimos el nombre del padre del niño será Abdullah, mientras que para los chiitas el Imán oculto es hijo de un líder espiritual musulmán y de una princesa bizantina. Cualquiera que sea la tendencia a la que se pertenezca, los iraquíes creyentes tienen motivos para pensar que el Imán oculto está próximo a salir a la luz, ya que las profecías hablan de que su reaparición será precedida por señales tales como “fuego en el cielo”, “casas destruidas”. Ocurrirá en tiempos en los cuales “el miedo se instalará entre el pueblo
de Irak, que no tendrá descanso”.

(Artículo de RLB publicado en La Diaria el 24 de marzo de 2006)

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