19 agosto 2003

El muro de Cisjordania

Las cuadrillas “debían ejecutar una muralla parcial de unos quinientos metros; un grupo vecino le salía al encuentro con otra muralla de igual longitud. Pero luego de producida la unión, no se continuaba la obra al final de estos mil metros, sino que los grupos de obreros volvían a ser enviados a regiones completamente distintas para la construcción de la muralla. Naturalmente, quedaron así numerosos claros que sólo se llenaron poco a poco, con lentitud, algunos sólo después de haberse ya proclamado la terminación de la muralla. Más aún: se dice que hay huecos que no se llenaron en absoluto”. Franz Kafka, como bien se ha dicho más de una vez, no era otra cosa que un escritor realista. Casi un siglo más tarde de escrito aquél relato, la construcción de un muro por parte del gobierno israelí para mantener alejados a los potenciales terroristas cisjordanos, no está demasiado lejos de la versión kafkiana de la construcción de la muralla China. También en Oriente Medio se utiliza el sistema de “construcción parcial”, aparentemente absurdo, pero que luego de leer el cuento del escritor checo aparece como el único posible para la utópica tarea de protegerse con una muralla. Las crónicas periodísticas sobre la obra del primer ministro Sharon parecen cortadas con la misma tijera: “El sector del muro en el norte de Cisjordania, área que incluye la ciudad palestina de Jenín, está en construcción desde el año pasado, pero no está claro en qué dirección continuará la obra”. O para hablar de lo que sucede más cerca de Jerusalén: “los colonos del asentamiento judío de Ariel pretenden que el trazado se desplace hacia el este, de modo que sus casas queden del lado israelí y no del palestino”. No es otra cosa que el método kafkiano de la construcción parcial. Un mecanismo que sólo puede ser interpretado adjudicándolo a los designios de la Conducción. Ya lo decía el atribulado alemán de Praga: “Trata con todas tus fuerzas de comprender las disposiciones de la Conducción, pero sólo hasta determinado límite; allí cesa de reflexionar”.
Los protagonistas del conflicto no ven esta construcción como inexplicable. Matthew Belmessuos publicó en Le Monde Diplomatique su propia bitácora de este esquema de construcción parcial. Los tramos del norte se han levantado a través de Qalandia, para disociar Jerusalén de Ramala. En el este se erigió un tabique de hormigón a lo largo del monte de los Olivos para aislar de Jerusalén las zonas palestinas de Abu Dis y de Asaría. El muro del sur está acompañado por una zanja. Ambos separan Belén de Jerusalén y dejan del lado israelí buena parte de las últimas tierras municipales palestinas. “Israel se anexiona de este modo el lugar –sagrado tanto para los judíos como para los musulmanes— llamado de la tumba de Raquel, situado en el interior de Belén y bordeado por dos campos de refugiados”, agrega Belmessuos.
En los que respecta a la zona de Cisjordania, el diferendo palestino-israelí tuvo uno de sus hitos en 1967, cuando el ejército de Israel se anexó ese territorio que representa el 23 por ciento de lo que era la Palestina británica. Allí viven dos millones de árabes y un cuarto de millón de colonos judíos. Por eso es importante de qué lado del muro quede cada quien. Por eso los palestinos aseguran que sólo es una treta de Israel para quedarse con más tierras. Por eso la derecha israelí está en contra de un muro que amenaza consolidar una frontera, y es bien sabido que para que haya frontera debe de haber un Estado al otro lado. Desde un punto de vista independiente, el sudafricano John Dugard, relator especial de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, afirma que el muro es "una forma de anexión progresiva de territorio palestino".
Pero los militares israelíes tiene sus argumentos. De acuerdo con un artículo escrito por Peter Hirshberg para la agencia IPS, “expertos en defensa israelíes advierten que la barrera en construcción es vital para la seguridad, y recuerdan en ese sentido la efectividad que tuvo una valla mucho más primitiva, que rodea Gaza: uno solo de varias decenas de atentados suicidas cometidos en Israel en los últimos 32 meses se preparó en esa área”. Al momento de escribir estas líneas, las cadenas de noticias informan de dos nuevos atentados suicidas cometidos contra blancos civiles de Israel. Una persona murió en una parada de ómnibus a las diez de la mañana. Una hora antes, en un shopping center de Rosh Ha'ayin, otra bomba había matado a un hombre de 47 años.

(Artículo de Roberto López Belloso publicado en Brecha en agosto de 2003)

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